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Una idea taladraba su mente: aprender computación gráfica aplicada a videojuegos. Luis Carlos Correa empezó la carrera de ingeniería de Sistemas en la ciudad y, a la mitad se dio cuenta de que no llegaba el tan anhelado enfoque que soñó desde pequeño.
Entonces decidió viajar a Seattle, E.U. para "aclarar su mente", y entró a estudiar en la Universidad de Digipen esta área que es la base de todo juego gráfico. Un asunto que está compuesto por un tema tan espinoso como arduo: el álgebra lineal.
Sin embargo, tras horas de estudio, incluso en otro idioma, pudo entender, ¡por fin! una matriz de rotación: "las matrices y los vectores son el pan de cada día del desarrollador de juegos", precisa.
Cuando terminó, tuvo la suerte de empezar en la compañía Midway Games, creadores de NBA Jamy Mortal Kombat.
Su trabajo consistía en desarrollar e integrar interfaces gráficas para un juego llamado N BA Ballers Phenom desarrollado para Playstation 2 y Xbox.
Allí conoció en el modelo de producción de una empresa que trabaja bajo presión. Dice que muchos no aguantaron las fechas límites y las jornadas de trabajo, pero al final de esa experiencia, luego de sobrevivir, tuvo que dejar la compañía y el país por un asunto con su visa de trabajo.
"Volví con la cabeza en alto porque logré mi meta: aparecer en los créditos de un juego desarrollado profesionalmente".
Así, regresó a la ciudad donde decidió retomar con un compañero de universidad, Camilo Gómez, el viejo sueño de crear una empresa de 3D en tiempo real, con soluciones de Advergames (juegos para compañías comerciales), entrenamiento virtual, simulación 4D y captura de movimiento.
Expertos en captura
Con los conocimientos en programación, un nicho inexplorado en el que hay todo por hacer, como dice Camilo, decidieron organizar la casa. Para ello, le apostaron a una decisión difícil: eligieron a Unity como su motor gráfico de desarrollo.
En una oficina en la que todo es plataforma Mac, llena de personajes que recuerdan su infancia invadida de ciencia ficción, con figuras como Mazinger, Robotek, Gundam o Zelda, ellos esperan crear su propio videojuego producido con el nombre de su empresa.
Mientras tanto, afinan sus destrezas. Se han especializado en captura de movimiento. Para ello, en un estudio y con un traje especial, apoyados en ocho cámaras y múltiples marcadores reflectivos, entregan la base de los movimientos reales para que los animadores digitales logren que los personajes cobren vida.
Sus coequiperos son Sky Branding, y con ellos han creado una alianza de colaboración que les ha permitido apoyarse con las fortalezas y habilidades de ambos. El resultado: los novedosos comerciales que ya se ven en la televisión.
Sin embargo, también hay un área que los estimula: la simulación virtual. Recientemente recrearon un entorno para que los ingenieros pudieran simular el paso del agua por unas tuberías en ciertas condiciones.
Antes de contar con esta utilidad, a los ingenieros les tocaba ver los parámetros en una hoja de cálculo e imaginar lo que sucedería cuando evolucionaran hacia otros estados.
Ahora solo tienen que hacer los cambios de indicadores y la simulación les permite visualizar lo que sucederá en un futuro.
Este campo es tan útil como promisorio. Luis Carlos dice que con este método se pueden tener pilotos mejor entrenados, ayudar a soldados a superar el estrés pos traumático tras una guerra y brindar asistencia para quienes necesiten superar fobias.
Ni qué hablar del campo educativo. Por ahora muestran un módulo hecho para un curso de ensamblaje de computadores del Sena, en el que es posible integrar, paso a paso y sin dañar, una tarjeta madre con guías de autoevaluación.
A veces no les resulta fácil vender sus ideas, porque se perciben costosas o se desconfía de su habilidad. Sin embargo, estos jóvenes han demostrado que están dispuestos a aprender. Ellos se toman su tiempo para volver su pasión una forma de vida y de trabajo.