Podría interpretarse que EL COLOMBIANO estaba en mora de publicar su opinión editorial sobre la reunión sostenida entre el Presidente Álvaro Uribe y su homólogo de Estados Unidos, Barack Obama. Ya hoy es jueves 2 de julio, y el encuentro entre los Jefes de Estado fue este lunes festivo, es decir el 29 del mes que acaba de terminar. ¡El mes pasado! ¡Cómo hace de tiempo!
Son tantos los hechos que suceden en un mismo instante en distintos rincones del planeta y es tal la avalancha de informaciones y hasta de opiniones, emitidas en una especie de "boca de urna", que consideramos mejor esperar. Es nuestra idiosincrasia.
En el siglo XXI, era de la aldea global, las informaciones disparadas como con "escopeta regadera" desde distintos rincones geográficos e ideológicos puede hacer que el simple y mortal ser humano acabe confundido y yendo como Vicente, "hacia donde va la gente".
En EL COLOMBIANO tratamos de analizar los temas, releerlos y leer, oírlos y volverlos a oír, ver a sus protagonistas y volverlos a ver, y hasta buscar los lenguajes cifrados, las anotaciones que parecen al margen, pero que pueden resultar tanto o más importantes que los comunicados oficiales, observar la comunicación no verbal y escuchar los silencios, que muchas veces son más elocuentes que las palabras. ¿O siempre?
Importantísimo, el espaldarazo de Obama al TLC entre su país y el nuestro. Estamos de acuerdo con su expresión según la cual un tratado de libre comercio tiene que ser bueno para ambas partes, un gana-gana, como bien lo dijo en su momento la embajadora Susan Schwab.
Importantísimo, que el Presidente de Estados Unidos haya reconocido los grandes avances de Colombia en materia de cumplimiento de los derechos humanos y de protección a los sindicalistas, y la corresponsabilidad de su país en la lucha contra todos los eslabones del tráfico de drogas.
Todo esto demuestra el éxito de la diplomacia y estudio serio del Presidente Uribe y su equipo de Gobierno, y el conocimiento que de Colombia tiene Barack Obama. Con razón, también hubo espaldarazo a la continuidad con ajustes del Plan Colombia.
Muchos medios nacionales e internacionales se quedaron en la repetición de la frase del Presidente Obama cuando puso como ejemplo a George Washington, quien dijo que dos periodos suyos como Presidente de Estados Unidos, bastaban.
Pero pocos destacaron y una gran mayoría ignoró que Barack Obama también dijo que cada país decide su esquema, según sus circunstancias.
Estados Unidos tiene una fuerte tradición democrática. Allá sí saben lo que es el Imperio de la Ley y la Gobernanza. No en vano la Constitución vigente data de 1787, es muy corta y se reduce a un marco con los principios fundamentales.
Es bueno recordar también que la reelección por un solo periodo consecutivo es muy reciente, si se piensa en una historia como nación independiente que se remonta a 1776. Fue en 1951 cuando su Congreso abolió la posibilidad de otros esquemas reeleccionistas.
En ese momento ya Estados Unidos había recuperado la estabilidad perdida desde la crisis de 1929, agravada por el ataque de Japón a la base de Pearl Harbor en lo que hoy es el estado de Hawaii, lo que marcó su participación directa en la Segunda Guerra Mundial.
Como quien dice, a Colombia le fue bien en Washington, a pesar de la diplomacia paralela de los malquerientes de Álvaro Uribe, entre quienes están no sólo la extrema izquierda colombiana y de ciertos vecinos, sino quienes intentan atravesársele al Presidente, sin pensar con sentido patriótico en el bien común y en la vigencia de unas políticas de Estado que trasciendan los gobiernos y generen un marco digno y libre para las futuras generaciones. Eso sería hacer verdadera POLÍTICA, así con mayúscula.