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Un campesino murió en el corregimiento Santa Inés, de Andes, Suroeste de Antioquia, víctima de un ataque de abejas africanizadas.
El comandante de Bomberos Voluntarios de Andes, capitán Gonzalo Correa, informó que Juan Bautista Londoño Castañeda, de 64 años de edad, se afeitaba y aseaba a orillas de la quebrada El Salado, cuando fue sorprendido por un enjambre, que tiene su colmena en una peña ubicada a pocos metros de las riberas del afluente.
La familia del agricultor reportó su desaparición el pasado domingo y ayer fue hallado sin vida, víctima de cientos de aguijonazos en la cabeza y en la cara.
"Para colaborar con el levantamiento, que realizaron la Policía y el CTI de la Fiscalía, tuvimos que enviar a dos bomberos expertos, quienes controlaron los insectos, mientras se realizaba la diligencia legal", dijo.
Sin embargo, agregó, los habitantes del sector indicaron que hoy intentarán destruir el panal, por el peligro que representa para la comunidad que frecuenta el sitio para bañarse y sacar arena.
El capitán Correa añadió que hace 15 días se presentó otro ataque de abejas africanizadas en una finca del corregimiento Tapartó, de Andes, donde resultaron picados un agricultor y una joven de 20 años, que tuvieron que ser trasladados al hospital, donde recibieron atención.
El experto en controlar estos insectos, bombero jubilado, Gardiezquier Palacio, explicó que las abejas se especializan en distinguir olores. A unas las atrae el aroma de la canela, a otras, el chocolate, el café, el azúcar, la frambuesa, etc.
"En este caso -añadió- de pronto la fragancia de un jabón o de una crema de afeitar exaltó a los himenópteros e hizo que la buscaran y de ahí vino el ataque a este campesino".
"Aquí en la ciudad -advirtió- he notado que las abejas africanizadas concentran sus ataques en los baños en los cuales las damas utilizan sus lociones o sus colonias y en la cocina, donde el olor de los condimentos también las atraen".
Además en una época soleada, como en la que estamos en muchas regiones del país, es cuando ellas aprovechan para recoger alimento, porque hay gran floración en el campo y, por ende, hay abundancia de polen, que transforman en miel, puntualizó el experto.