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La jueza del Tribunal Superior de Pretoria Thokozile Masipa determinó este jueves que el Estado no pudo probar que el atleta Oscar Pistorius fuera culpable de homicidio premeditado, luego de haber matado a tiros a su novia Reeva Steenkamp el año pasado.
"El Estado no ha probado más allá de dudas razonables que el acusado es culpable de homicidio premeditado. Simplemente no existen hechos suficientes que respalden esa versión", sostuvo.
La jueza comenzó a leer el veredicto del proceso contra el atleta sudafricano Oscar Pistorius, acusado del asesinato a tiros de su novia, la modelo Reeva Steenkamp.
La sesión empezó con un repaso de las conclusiones finales y las peticiones de pena hechas por la defensa y la acusación, y ahora prosigue con un análisis de las declaraciones de los testigos.
Según fuentes jurídicas, la exposición del veredicto podría extenderse hasta el viernes, debido a que la magistrada repasará uno a uno el testimonio de los 37 testigos -incluido Pistorius- que han intervenido en el juicio, y explicará qué partes acepta de cada una de las declaraciones.
Tras emitir el veredicto, Masipa podría tardar varias semanas en emitir la sentencia del deportista.
En la sala de vistas, Pistorius se encuentra acompañado por gran parte de su familia, que se sentado en el banco más próximo a él.
El acusado confesó haber matado a tiros a Steenkamp a través de la puerta del baño de su casa de Pretoria, en la madrugada del 14 de febrero del año pasado.
La defensa mantiene que el deportista abrió fuego presa del pánico y por accidente contra la puerta del baño, en cuyo interior se encontraba Steenkamp, al creer que era un ladrón que se había colado en la casa, y por ello pide su absolución.
Por su parte, la Fiscalía acusaba al corredor de asesinato, es decir, de haber matado intencionadamente de su novia, a quien algunos vecinos dicen haber oído gritar aterrorizada antes de fallecer.
Este cargo le costaría al deportista -que tiene las dos piernas amputadas por un problema genético desde que tenía once meses- la cadena perpetua, de la que cumpliría al menos 25 años, según la ley sudafricana.