Abundan los casos de interacciones sexuales entre miembros del mismo sexo en animales. Algunos de los expuestos en el trabajo publicado la semana pasada por una de las publicaciones especializadas del grupo Cell, son:
Murciélago africano (Afrocimex constrictus): Los machos inseminan traumáticamente otros machos y poseen una estructura genital que reduce los efectos de tal inseminación.
Bonobos (Pan paniscus): Las hembras de estos grandes simios pasan una considerable cantidad de tiempo en interacciones sexuales con otras hembras. Algunos machos se besan y masajean.
Escarabajos (Tribolium castaneum): machos montan obligadamente a otros machos y copulan. Existe alguna evidencia de que el esperma transferido durante la cópula puede ser pasado luego a una hembra, asegurando el éxito reproductivo.
Serpíentes (Thamnophis sirtalis parietalis): Algunos machos imitan las hembras con sus feromonas y son cortejados por otros machos cuando hay ausencia de hembras. Sin embargo la interacción macho-macho no es el resultado de un error de reconocimiento: atraer otros machos es una táctica de machos solitarios para mantener su temperatura y protegerse.
Gupis (Poecilia reticulata): machos mantenidos en ambientes sociales con machos cortejan más otros machos que aquellos mantenidos en ambientes mixtos.
Oveja (Ovis ares): Cerca del 6 por ciento de las ovejas domesticadas exhiben el típico cortejo a machos y conductas copulatorias hacia otros machos y pueden ser exclusivamente orientados hacia otros machos, incluso cuando se introducen hembras en calor.
Peces cebra (Taeniopygia guttata): Cuando a las hembras se les administran inhibidores de estrógeno, forman pareja con otras hembras, mientras que la ausencia de machos durante la edad juvenil conduce a una preferencia por compañeros del mismo sexo.