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En nombre de los 650 miembros del grupo "No al concierto en Medellín del vocero del dictador Castro", quisiera felicitarlo por la valentía, la lucidez y la sensatez que demostró en su columna de hoy, (sábado 5 de junio) "Pillados en el engaño", que describe fielmente el acontecimiento absurdo que está por tener lugar en Medellín: un megaconcierto del líder comunista Silvio Rodríguez, financiado por el gobierno medellinense, con el dinero de los impuestos de las víctimas de las Farc.
Nuestro grupo es un colectivo por los derechos humanos y la democracia conformado por activistas de diversos orígenes: intelectuales conocedores de los crímenes del comunismo, cubanos en el exilio que luchan por la libertad de su patria y, muy especialmente, víctimas de los grupos forajidos de las Farc y el Eln, entidades criminales que pudieron lograr muchos de sus cometidos terroristas gracias al entrenamiento y financiación que les brindó por decenios el dictador Fidel Castro, siempre con el respaldo de su embajador mundial, el cantante Silvio Rodríguez.
Como dice usted, doctor Raúl, en su excelsa columna, es importante que todos tengamos en cuenta el hecho de que Silvio Rodríguez se ha constituido en el máximo vocero internacional de los hermanos dictadores Castro, no sólo como artista militante del comunismo extremo, sino también como senador de Cuba durante quince años, período en el cual no desarrolló gestión alguna en pro de la defensa de las libertades y de los derechos humanos, los cuales, como todos sabemos, son injustificablemente violentados, día a día, por un gobierno criminal que ha contado con Silvio Rodríguez como miembro, portavoz y símbolo mundial.
Este es el momento también para agradecerle nuevamente por el hecho de que, gracias especialmente a su oportuna y corajuda denuncia, el año pasado, la ciudadanía pudo enterarse de que el Municipio de Medellín organizaba un homenaje de seis meses de duración al cincuentenario de la dictadura cubana, con el indignante nominativo de "50 años de una Revolución Solidaria". Tal homenaje incluía dedicar la Fiesta del Libro de nuestra ciudad a rendir tributo al más cruel y longevo de los dictadores de América. Con ese repugnable propósito, se alcanzó a presentar, en el principal museo de nuestra ciudad, una gran exposición del trabajo de quien fuera el fotógrafo oficial del régimen castrista, lo cual fue interpretado por muchos como un intento por mostrar un ilusorio "lado positivo" de ese gobierno tiránico sancionado internacionalmente.
La columna que usted escribió al respecto dio como resultado que la comunidad reaccionara de manera oportuna, ejerciendo la presión necesaria para que los directores de esa "Fiesta" sabiamente reconsideraran el absurdo, injusto y peligroso protagonismo que estaban planeando darle en tal certamen al cincuentenario de la dictadura castrista. Finalmente, los organizadores suavizaron su posición al respecto y enfocaron el evento preferiblemente en sujetos más positivos.
Infortunadamente, celebramos, pues, que usted demuestre nuevamente su impoluto sentido de la justicia y de la ética y su coherencia con los principios democráticos que ha defendido siempre.
Reciba, por favor, doctor Raúl, nuestro más sincero saludo de admiración y gratitud, en la fraternidad de la libertad y de los derechos humanos.