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Como un reconocimiento a la arquitectura como símbolo de la transformación de la sociedad, calificó el Secretario de Infraestructura de Antioquia, Mauricio Valencia, el premio nacional otorgado al parque educativo de Vigía del Fuerte.
Para el funcionario, arquitecto y miembro del equipo ganador, el jurado exaltó "la humildad con la que se hizo el proyecto y la capacidad de representar los intereses de la comunidad".
El galardón fue entregado en Bucaramanga por la Sociedad Colombiana de Arquitectos.
Del equipo de trabajo hacen parte también los arquitectos Diana Herrera, Lucas Serna y Farid Maya.
Estético y funcional
Sobre opiniones que señalan los proyectos arquitectónicos como iniciativas creadas para ganar premios, con poco aporte a una comunidad, Diana Herrera, del equipo triunfador, dijo, que este parque educativo tiene ocupación todo el tiempo con actividades programadas y extracurriculares.
Inaugurado el 24 de agosto, es un espacio para bailar, ver cine y por supuesto para el aprendizaje.
El parque, en opinión de la profesional, le sirve a Vigía del Fuerte para enfrentar un sinnúmero de carencias que tiene la población, que " tiene todas las necesidades del mundo".
En ese mismo sentido se pronunció Lucas Serna, otro de los arquitectos del equipo merecedor del reconocimiento. "El país tiene unas realidades que deben ser asumidas y la arquitectura hace parte de la solución. No se trata solo del aspecto estético".
Agregó Serna, que el diseño tuvo en cuenta aspectos clave de esta localidad del Urabá. "El municipio no tenía por ejemplo un espacio adecuado para el encuentro", explicó el arquitecto.
El profesional señala como una de sus características destacadas que "este parque educativo no es cerrado; al final de la jornada cierran sus salones, pero queda una gran calle por la que los habitantes pueden deambular".
El diseño responde, agregó Serna, a las exigencias que ofrece Vigía del Fuerte: las marcadas particularidades climáticas o la inundación que genera el río Atrato en una época del año.
Elementos de la región
El diseño reconocido por la Sociedad Colombiana de Arquitectos recurrió a los elementos típicos de la región: casas palafíticas que se elevan 4.5 metros sobre el suelo; el nivel de inundación histórico es 1.6 metros.
Las fachadas se diseñaron para permitir el cruce continuo de vientos. Así se mantienen frescos los espacios interiores.
El galardón se suma al premio que este mismo parque educativo recibió el 27 de mayo en el marco de la Bienal Nacional de Arquitectura en Colombia, cuando ganó la categoría de Proyecto arquitectónico.