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Para un preescolar, antes era suficiente contar con maestros que mantuvieran a flote un proceso académico y metodológico.
Los menores recibían de sus profes las enseñanzas, pero cuando surgían inconvenientes que no correspondían con lo educativo, no existía un profesional que apoyara aquellos percances.
Ahora, el pequeño y sus padres encuentran apoyo en sus diferentes facetas con sicólogos, médicos, fonoaudiólogos, entre otros especialistas. Una atención integral.
Todos los profesionales
Los docentes deben ser los primeros profesionales dentro del preescolar. Anteriormente se pensaba que cualquiera podía estar con los niños. Ahora, la persona tiene que estar capacitada como licenciada o técnica auxiliar para apoyar el proceso educativo, aunque eso no significa que un solo profesor haga de docente de educación física, idiomas, teatro o artes plásticas.
"El trabajo de los preescolares debe estar apoyado en todo momento por un equipo de profesionales a los que los padres de familia y los menores puedan acudir con toda tranquilidad", asegura
Olga Vélez, del Jardín Pinceladas de Color.
Otro de los profesionales que deben hacer parte de un kínder son los sicólogos. Ellos desde su perspectiva pueden dar cuenta de problemas cognitivos o de socialización de los pequeños. Buscan soluciones a situaciones que los profes no están preparados para resolver.
Trabajo en equipo
Los docentes son los primeros observadores de los niños, se dan cuenta de que algo no anda bien, para que en ese momento se trabaje de manera interdisciplinaria.
"Algunos jardines infantiles cuentan con fonoaudiólogos, fisioterapeutas, y unos más con enfermeras. Estos especialistas abordan las necesidades más comunes que son desde el lenguaje, lo comportamental, lo postural, pequeños accidentes, entre otros, explica
Ana Ossa, directora del Jardín Infantil Sol Naciente.
Y si no se tiene a aquellos profesionales dentro de la planta, existe la opción de convenios con otras entidades que les dan tranquilidad a los papás de que sus hijos podrán ser vistos por los especialistas que necesitan en el momento.
De ahí la importancia de tener alianzas con equipos interdisciplinarios con formación especializada y alta experiencia, para avanzar de manera conjunta: especialistas, institución y familia.