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El Consulado de Colombia en Santiago de Chile confirmó este martes que son cuatro los colombianos afectados por el incendio en Valparaiso, que cobró la vida de 15 personas y ha dejado 15 mil damnificados.
Tres de estas personas no sufrieron lesiones, pero perdieron todas sus pertenencias cuando las llamas destruyeron las casas en las que vivían en arriendo. Hasta el momento, en Valparaiso, se han registrado aproximadamente 2 mil 500 casas destruidas.
El otro colombiano, que también fue afectado por el siniestro, no perdió su vivienda pero fue obligado a evacuarla por el riesgo que generan los diferentes focos del incendio que aún no fueron controlados.
Los voluntarios colombianos que se encuentran en Chile ayudan al Consulado para localizar a las personas afectadas y brindarles ayuda para restablecerse durante la atención de la tragedia.
El incendio que comenzó el sábado pasado en el sector de La Polvora, a unos tres kilómetros de la ciudad y se expandió por áreas pobladas de cerros vecinos, aún tiene vivos varios focos que están siendo atendidos según el comandante del Cuerpo de Bomberos de Santiago, Mauricio Repetto.
"Dentro de las próximas 24 ó 48 horas debería levantarse la emergencia", añadió en unas declaraciones a los periodistas, mientras que las autoridades de emergencia de Valparaíso dijeron que uno de esos focos destruyó una vivienda en el cerro Mariposa.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció este martes la elaboración de un plan maestro para reorganizar el diseño urbano de Valparaíso, que ha crecido sin ninguna planificación por los 42 cerros que rodean la ciudad, afectados frecuentemente por incendios devastadores.
"Lo que vamos a hacer ahora es un plan maestro para poder imaginar la ciudad de una manera más adecuada, más digna, entendiendo que Valparaíso tiene una identidad propia", dijo Bachelet en una entrevista con Radio Cooperativa.
A su juicio, el incendio, en cuyo combate se han consumido 150 millones de litros de agua según Esval, la empresa que abastece a la ciudad de unos 250 mil habitantes, ha sido una tremenda tragedia pero también una oportunidad de hacer las cosas bien.
La mandataria señaló que su gobierno pedirá la asesoría del Colegio de Arquitectos para echar a andar el plan maestro de reconstrucción y admitió que la ejecución del mismo puede necesitar los cuatro años de su mandato, iniciado el 11 de marzo.
En tanto, la ayuda ha continuado llegando a los damnificados, incluida maquinaria pesada para remover los escombros en los cerros afectados, en los que se ha restringido el acceso de personas y vehículos debido a algunas situaciones de caos por la presencia masiva de voluntarios que concurren a colaborar sin planificación.
En ese contexto, el contraalmirante Julio Leiva, jefe del estado de excepción decretado en la zona, prohibió hoy la instalación de tiendas de campaña en plazas u otros lugares de uso público debido a la gran cantidad de gente que se ha instalado en tales sitios desde el primer día de la catástrofe.
Según la disposición, esas personas, incluidas un centenar que levantaron un campamento en la céntrica Plaza O'Higgins, deben dirigirse a alguno de los nueve albergues instalados en escuelas o parroquias, en los que hasta ahora permanecen sólo unos 1.200 damnificados.
Varios millares de otros afectados han preferido permanecer junto a sus casas destruidas para evitar robos y por su decisión de reconstruirlas en el mismo lugar.
Mientras tanto, una unidad especializada de Carabineros logró determinar el punto exacto en el que comenzó el incendio, gracias a las declaraciones de testigos, según dijo a los periodistas el capitán Claudio Pávez, jefe de la unidad.
Se trata de una torre de alta tensión situada en el interior de una finca llamado, El Peral, en la que según los testimonios de algunos lugareños, se electrocutaron dos aves que se posaron en ella.
Uno de los pájaros quedó adherido a la torre y el otro cayó al suelo "como un objeto incandescente", según los testimonios.
Impulsadas por un viento que en ese momento llegaba a los 70 kilómetros por hora, las llamas se expandieron rápidamente por la vegetación reseca.
La policía matizó que lo anterior no está comprobado y constituye sólo una de las líneas de investigación, y señaló que en el punto de origen no se encontraron vestigios de que se haya utilizado algún elemento combustible para encender o acelerar el fuego, lo que refuerza la versión de que el incendio no fue intencional.