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En el aniversario de la tragedia que convirtió a Haití en un país en ruinas, la Corporación Antioquia Presente, que construye allí un barrio para beneficio de varias familias colombianas damnificadas, rindió un detallado informe de las actividades hasta ahora desplegadas en ese país centroamericano, las cuales no han estado exentas de dificultades.
La directora ejecutiva de la entidad solidaria, Margarita Inés Restrepo Cárdenas, precisó que se terminó un censo basado en un listado de 213 familias con la población más afectada en la Comuna de Cabaret, Departamento Oeste, "con el fin de seleccionar las 102 familias beneficiarias".
La funcionaria detalla que ya finalizó la fase de planeación y se adelantaron las gestiones para acreditarse como Ong. "Hemos cumplido con todos los requisitos, tenemos el proyecto formulado y los recursos disponibles y sólo esperamos la acreditación y formalización de la entrega del lote para construir, en el menor tiempo posible, las 102 viviendas, el Centro Cultural y Comunitario y las dos aulas" que están previstas en el proyecto planeado.
La señora Restrepo Cárdenas advirtió que el tema del lote se torna "muy crítico" en cuanto a que en Haití suele ocurrir que el Estado entregue unas tierras y luego aparezcan particulares acreditándose como dueños de las mismas.
Como esto ya les ha ocurrido a otras organizaciones humanitarias que acudieron a socorrer a los damnificados, Antioquia Presente deberá estar alerta y ser muy cuidadosa en el asunto.
Una de las grandes dificultades que ha encontrado la entidad paisa en Haití es que allí los trámites y ritmos de trabajo, "son muy distintos a los nuestros, pero es tan enorme la necesidad del pueblo haitiano y la afectación por el terremoto, el cólera y los huracanes, que seguimos firmes en nuestro propósito y cumpliendo con la normatividad requerida para lograr nuestra meta", que es la construcción de un barrio de los colombianos en Haití.
La corporación espera, en estos primeros meses de 2011, arrancar con la fase constructiva del proyecto, teniendo en cuenta aspectos complejos como las dificultades del idioma, la cultura, las leyes y todo lo que supone construir en un país en caos, "con una débil institucionalidad, afectado por el cólera y destruido por un terremoto" que el 12 de enero de 2010 dejó un saldo de 300.000 muertos.