Un total de 95 personas resultaron afectadas por las balas perdidas en 2013, de las cuales 32 murieron, según un informe del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac).
Las cifras, que se basan en informes reportados por los medios de comunicación, las organizaciones sociales, las víctimas y la Policía Nacional, señalan que entre enero de 1990 y noviembre de 2013 se registraron 2969 víctimas de balas perdidas en Colombia.
Del total de casos registrados durante los últimos 23 años, 818 personas murieron y 2.148 resultaron heridas.
Cerac afirma que el fenómeno podría estar ligado a la violencia organizada, pues de acuerdo al historial de casos, la mayoría de las víctimas ocurrió en medio de situaciones relacionadas con grupos de criminalidad organizada.
"Diferentes estudios realizados en otros países atribuyen este tipo de victimización a disparos al aire hechos con motivo de celebración, sin embargo esto se contradice en el caso colombiano, en el cual para 2013, el registro de víctimas ocasionadas por disparos al aire, representa el 8 por ciento del total", dice el informe.
La riña entre pandillas fue uno de los contextos en los que más se registraron estos casos, el 27 por ciento, (26 hechos), de los cuales 10 fueron víctimas letales. Por acciones sicariales ocurrió el 20 por ciento de los casos, es decir 18 víctimas; y los afectados por peleas entre personas representó el 13 por ciento, es decir 12 casos.
El Cerac resalta la falta de investigación por parte de las autoridades competentes, pues según las cifras, solo el 14 por ciento de los casos están siendo investigados y únicamente 9 por ciento de los culpables han sido detenidos.
Además, señala el informe que en el 6 por ciento de los eventos se desconoce la identidad del victimario y, según lo reportado por las fuentes, no se cuenta con información sobre el proceso de judicialización o investigación para el 67 por ciento de los casos.
Los departamentos que registraron más víctimas con balas perdidas fueron Caldas y Bogotá, con tasas de 0,5 por cada 100 mil habitantes frente a Nariño, Cauca, Cesar, Sucre y Córdoba con tasas de 0,1.
El documento explica que los municipios donde más se registraron hechos fueron San Luis (Antioquia), el cual reportó una tasa de nueve víctimas por cada 100.000 habitantes; el Toro (Valle), que tuvo seis víctimas por cada 100.000 habitantes; y San Martín (Meta), con cinco víctimas por cada 100.000 habitantes". Las regiones con menos registros fueron Valledupar y Pasto.