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Birdman, del mexicano Alejandro González Iñárritu, se postula como firme contendiente a los Oscar a falta de tres meses para conocer las nominaciones a la
87ª edición de los premios de la Academia de Hollywood.
El filme, de estreno mañana en la cartelera estadounidense, ha conquistado a los críticos desde sus primeros pases en la Mostra de Venecia, el festival de Telluride, Colorado, Estados Unidos, el de Zúrich o el de Nueva York, y las reacciones apuntan a que puede ser el rival a batir en la gran ceremonia del cine del 22 de febrero.
"
Birdman vuela alto, muy alto", sostiene Todd McCarthy, crítico de la revista especializada The Hollywood Reporter.
"Es uno de los ejemplos más sostenidos de un 'tour de force'
visualmente fluido que el cine haya visto, todo al servicio de una historia que examina la cambiante naturaleza de las celebridades y de cómo la sociedad tiende a apreciar más la fama que los logros creativos", añade.
Su arriesgada propuesta formal,
un aparente plano secuencia de casi dos horas, puede depararle una nueva candidatura como director a Iñárritu
tras la obtenida por Babel (2006).
Lo mismo podría ocurrir con el director de fotografía de la cinta, su compatriota Emmanuel El chivo Lubezki, quien el año pasado se hizo con el Óscar en su sexta nominación gracias a Gravity.
Birdman ofrece el retrato de una estrella acabada del cine de superhéroes que quiere resurgir dirigiendo, escribiendo y protagonizando una obra de Broadway basada en el relato corto de Raymond Carver "De qué hablamos cuando hablamos de amor".
Ese personaje lo borda un inmenso Michael Keaton que, según los críticos, ofrece la mejor interpretación de su carrera y es la principal apuesta en la carrera hacia el Óscar al mejor actor.
"Es un papel que parece hecho literalmente para él", asegura Jenelle Riley, articulista de Variety,
en referencia al pasado de Keaton como el primer Batman del cine, a las órdenes de Tim Burton en Batman y Batman Vuelve.
"En Birdman encarna a un actor que sufre al tratar de volver a ser importante mientras vive en la sombra del superhéroe al que dio vida. Y no hay que olvidar que a la Academia lo único que le gusta más que un regreso por todo lo alto es una película sobre la propia industria, como The Artist o Argo", agrega.
Keaton lidera unas apuestas que cuentan entre sus favoritos a Benedict Cumberbatch por su actuación en The Imitation Game, Steve Carell por Foxcatcher y Bill Murray por St. Vincent.
Una posible competidora por ahora para los Óscar es el thriller de misterio Gone Girl, con Ben Affleck y Rosamund Pike.
El tremendo éxito comercial de la obra de Fincher -número uno en Estados Unidos las últimas dos semanas- es un aliciente más para este trabajo que ha hecho que la crítica asemeje el talento de su director al de Alfred Hitchcock.
"Si Hitchcock estuviese vivo, querría ir a ver Gone Girl.
Pero el brillante Fincher puede ser su sucesor", sostiene Claudia Puig, del diario USA Today.
Además, Pike ha sorprendido a propios y extraños con su trabajo y aparece en todas las quinielas en la categoría de mejor actriz, donde podría estar acompañada por Julianne Moore y Reese Witherspoon.
Las obras de Iñárritu y Fincher parecen destinadas a enfrentarse en los campos principales, y junto a ellas a buen seguro se sumarán Richard Linklater y su aclamada Boyhood, una historia rodada durante 12 años a través de los ojos de un niño al que el espectador ve crecer.
A partir de noviembre se irá aclarando más el panorama con la llegada de títulos que, a priori,
suenan con fuerza para los Óscar como Interstellar, de Christopher Nolan; The Imitation Game, de Morten Tyldum; Foxcatcher, de Bennett Miller, o The Theory of Everything, de James Marsh.
Y
ya en diciembre será el turno para dos pesos pesados de Hollywood con Unbroken, de Angelina Jolie, y American Sniper, de Clint Eastwood.
Las candidaturas se darán a conocer el
15 de enero desde el Teatro Samuel Goldwyn de Beverly Hills.