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La muerte de 15 palestinos que se refugiaban en la escuela de un campo de refugiados de la ONU sumada a la de otros 17 en un mercado, todas a causa de bombardeos israelíes, le subió el tono ayer a las condenas de la comunidad internacional, en momentos en que las posibilidades de un cese el fuego son remotas.
El primero en reaccionar fue el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Desde Costa Rica, Ban expresó ayer su "vehemente condena" por el "ataque de artillería israelí" ocurrido contra la escuela del campo de refugiados Jabalya, y aseguró que "nada justifica este horror".
Ban reiteró su llamado a un alto al fuego y evitó referirse a la posibilidad de aplicar sanciones a las partes involucradas, aunque dijo que "debe existir justicia por los delitos cometidos por ambas".
"Se debe escuchar la voz de la razón. Éste es un tema humanitario y no podemos seguir así. Hemos exigido a las partes que se detengan, que haya un alto al fuego", dijo Ban Ki-moon.
El gabinete de seguridad de Israel decidió continuar su ofensiva en el enclave costero tras 23 días de un conflicto en el que han muerto 1.326 personas, en su mayoría civiles.
Unos 3.300 palestinos, incluyendo muchas mujeres y niños, estaban refugiados en la escuela del campo de refugiados cuando fue atacado cerca del amanecer, dijo la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
"Nuestra evaluación inicial es que fue artillería israelí la que alcanzó nuestra escuela", dijo el jefe de la UNRWA Pierre Krahenbuhl en un comunicado, luego de que representantes de la agencia visitaran el lugar y examinaran fragmentos, cráteres y otros daños.
"Hubo cinco proyectiles -proyectiles de tanque israelí- que impactaron contra la gente y mataron a muchos de ellos mientras dormían. Esas personas vinieron a la escuela porque es un refugio designado de la ONU", dijo Khalil al-Halabi, director de las operaciones en el norte de Gaza de la UNRWA.
Al otro lado de la franja
El ministerio de Defensa de Israel informó ayer de la muerte de tres de sus militares en la detonación de un explosivo cuando los uniformados dieron con la boca de un túnel oculto en una vivienda.
Desde el inicio de la campaña militar ascienden a 56 los uniformados fallecidos en combate o por proyectiles disparados desde Gaza, y tres civiles -dos israelíes y un tailandés- por el impacto de un cohete o mortero contra territorio de Israel.
Las Fuerzas Armadas israelíes cifraron en cerca de 90 los cohetes lanzados desde Gaza contra su suelo ayer.
Varias facciones armadas palestinas asumieron ayer la autoría del disparo de decenas de cohetes contra suelo israelí, y entre ellas el brazo armado de Hamás y la Yihad Islámica reivindicaron haber volado edificios con fuerzas israelíes en su interior, según la agencia palestina "Maan".