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El mini ‘boom’ que llevó el precio interno de café a 696.250 de pesos por carga de 125 kilos de pergamino seco (cifra con la cual abre hoy el mercado) para los caficultores no se traduce en la solución de la crisis del sector. Con la mejora de los precios se cierra la llave de los subsidios que le otorga el Gobierno.
“El desmonte del Programa de Protección al Ingreso Cafetero (PIC) es una decisión que le corresponde al Gobierno Nacional. Nosotros tratamos el punto en el comité pasado y se concluyó que aunque tener precios superiores a 700.000 de pesos ayuda muchísimo porque facilita el correcto funcionamiento del sector, la política es mirar hacia adelante y cumplir con otros retos que determinarán el futuro del sector: incrementar la productividad y mejorar los indicadores básicos de competitividad, es decir, la vivienda, y la infraestructura vial”, así lo afirmó Luis Genaro Muñoz, presidente de la Federación Nacional de Cafeteros.
Si el precio interno llega a superar los 700.000 de pesos por carga, los caficultores no podrán cobrar el subsidio de PIC, pues superaría el precio de referencia. Para 2014 se destinaron para este propósito 1 billón de pesos.
En la medida en que la sumatoria del precio interno base y el PIC se acerquen a ese límite, el auxilio disminuirá gradualmente; es por ello que a los productores que vendan hoy el grano a las cooperativas de caficultores en las bodegas de Almacafé solo se les darán 3.750 por carga de pesos.
El ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, afirmó que alcanzados el precio máximo, no se seguirá pagando el subsidio. “Hay muchas necesidades en el campo: el Censo Nacional Agropecuario, el apoyo a cadenas productivas con precios de mercado por debajo de los costos, sistemas de riegos y vías terciarias”, respondió el funcionario ante la posibilidad de destinar esos recursos a otros sectores. Los cafeteros coinciden las condiciones de la producción mundial le significan al país una oportunidad de aumentar sus exportaciones por cuenta de las sequías en Brasil, los problemas con la roya en Centroamérica y el exceso de humedad en países como Indonesia.
“Los altos costos de producción, el abandono de la investigación, la falta de una política agropecuaria definida, una disminución en el precio de los fertilizantes y la disposición de créditos acordes a nuestras oportunidades son solo algunos de los problemas que todavía tenemos por solucionar”, dijo Alonso Osorio, vocero de Dignidad Cafetera.
Las expectativas por pérdidas que podrían superar 30% han generado un repunte del precio del café en la Bolsa ICE de Nueva York que cerró ayer en US$1,71 por libra. “Hay que mirar el cambio con mucha prudencia porque aún no se ha confirmado el nivel de pérdidas y mientras tanto habrá muchísima volatilidad”, dice Muñoz. Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), asegura que la votalidad está en manos de los especuladores, quienes “pueden alterar el efecto que las condiciones climáticas en otros países tienen sobre el precio del café”.
Por su parte el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, aseguró que como era el compromiso con los campesinos, cuando la carga llega a $700.000 se dejará de pagar. Sin embargo, dijo que no era conveniente cambiar la destinación del $1 billón para ese rubro a otra cosa, debido a la volatilidad del precio del café. Indicó que estos dineros se mantendrán en reserva por si el precio vuelve a bajar.