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No todos los proyectos que se construyen en sitios dedicados al descanso y la relajación tienen en cuenta detalles que involucran la sostenibilidad, el grado de desarrollo urbanístico local y la tradición del lugar donde se ubican. Casa Tropical ilustra con esmero cómo la comodidad y el respeto por el entorno pueden entrar en comunión.
Mundaú es una población de pescadores que da a una playa extensa. Está ubicada en el estado de Ceará, al noreste de Brasil, en una región en donde las lluvias son copiosas entre enero y junio, preparando el suelo para el crecimiento de vegetación exuberante involucrada en el conjunto visual que Camarim Arquitectos logró alrededor de Casa Tropical.
Crear a partir de la existencia
Introduciendo acciones insólitas en la arquitectura de esta geografía se inició el trabajo: una casa vieja ubicada en el terreno sirvió como cimiento para las estructuras nuevas. En este trabajo, elementos artesanales, como los ladrillos hechos a mano, que luego fueron pintados de blanco hielo; la inclusión de albañiles y carpinteros locales y el modo en que la vegetación nativa fue utilizada para dar el estilo final a los jardines que rodean la propiedad, hacen que su integración sea suave y fluida.
La incorporación de madera y paneles de concreto, con perforaciones en ellos, deja pasar aire y luz hacia las plantas y el agua, creando un efecto de frescura que hace más placentera la estadía en Casa Tropical durante la temporada seca. En general, el modo en que fue diseñada toda la estructura evita el uso de aire acondicionado, pues a diferencia de otras construcciones que se hallan en sus cercanías, la conexión entre los espacios es a través de corredores externos cubiertos por techos flotantes que proporcionan sombra a sus ocupantes, y que son testigos del modo en que circula el viento proveniente de la sierra.
Multiplicidad
Dos cocinas y cinco baños hacen parte de este proyecto, por lo que su consumo de recursos es elevado. La corriente eléctrica se genera usando energía eólica y solar, ambas abundantes en el ecosistema de Mundaú. Cuando estas alternativas son insuficientes, se compra la necesaria a la empresa que provee el servicio localmente. En el techo se instaló un sistema que recolecta el agua y la filtra haciéndola segura para el consumo humano. Los desechos, que no pueden verterse en el alcantarillado vecino, son acumulados en un tanque séptico que limpia hasta el noventa por ciento de las impurezas.
Verde y privada
En el tercer y más alto nivel de la estructura se encuentra la sala, que irradia un aire acogedor al tener la apariencia de una casa en el árbol, mientras que en el segundo, las habitaciones conservan la privacidad debido a la cubierta de madera que las rodea, hecha con una línea flexible que no impide disfrutar del paisaje, la sombra y las corrientes de aire.
Dentro del marco dibujado por las hojas de castaños y cocoteros, se observa un conjunto de muebles sencillos y de fácil mantenimiento, evitando el riesgo de deterioro rápido causado por las condiciones climáticas. Los accesorios actúan como recordatorios del carácter de un territorio que hace posible, simultáneamente, el descanso y la exclusividad [P]