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"Me llamo Mateo y tengo dos meses, puede que mi nombre no les diga nada, pero mi historia es la historia de muchos niños", así se presenta Mateo en su web, donde pide que alguien se convierta en donante de médula para superar su enfermedad: la leucemia.
Vanessa Alzate, a sus 27 años fue víctima de una fibrosis quística. Debido a esto, recibió un trasplante de ambos pulmones, lo cual la hizo necesitar grandes cantidades de sangre O negativo.
Si bien, ambos casos se presentan en lugares diferentes del mundo (España y Colombia), tienen una finalidad común: salvar una vida.
Las redes sociales han sido un medio para lograr que casos como estos tengan éxito, pues a través de un llamado de sus familiares y amigos, se convoca a miles de personas en cuyas manos puede haber vida.
Luis David Tobón, docente e investigador en TIC, explica estas movilizaciones en redes sociales como "emociones que se transforman en acciones", pues si existe una problemática que afecte a un grupo de personas, lo que se hace es dejarlo salir, movilizarse para buscar ayuda.
"La inmediatez y ubicuidad de las redes sociales permite transmitir un mensaje rápidamente y llegar a múltiples lugares y personas. Cuando hay una causa social de por medio, es ideal", explica Tobón.
Víctor Solano, periodista digital, explica que, para movilizar personas en torno a una causa, a través de los medios virtuales, se necesita claridad y honestidad en lo que se quiere promover.
"Un video, una foto y una historia, se distribuye en las redes sociales en menos de cinco minutos, pero la motivación y las acciones sociales que pueden generar esos contenidos, es lo que importa. La idea: comunicar, motivar e invitar a colaborar", concluye Solano.