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Chocó es tierra de ganadores. Sus pueblos vieron nacer medallistas olímpicos, campeones suramericanos, panamericanos y grandes figuras que con esfuerzo y sudor le dan lustre a Colombia.
Para muestra, las pesistas Mábel Mosquera y Ubaldina Valoyes, los entrenadores Francisco Maturana y Alexis García, la atleta Felipa Palacios, los futbolistas Jackson Martínez, Carlos y Wason Rentería, y Carmelo Valencia, y el baloncestista Édgar Moreno.
La mayoría emigraron de Chocó a edad temprana en busca de progreso y mejores horizontes, y por su talento fueron acogidos por regiones como Antioquia, Valle y Santander que los convirtieron en sus campeones.
Mábel Mosquera, medallista olímpica (bronce) en Atenas 2004, cuenta que cuando tenía nueve años una tía se la llevó a vivir a Bucaramanga, donde años más tarde descubriría sus capacidades para la halterofilia, no sin antes probarse como atleta. Hoy, luego de escribir esa página dorada para el deporte colombiano, y de capacitarse, quiere regresar a su tierra natal y montar un programa de actividad física para toda la población. Devolverle al Chocó algo de lo que recibió.
A Ubaldina se la llevaron de un año para el Urabá antioqueño y de allí dio el salto a Medellín. Pacho Maturana y Alexis, siendo muy chicos, también terminaron en las capital paisa. Vestidos de verde y blanco cantaron La Chaua con las selecciones de Antioquia y fueron protagonistas del título de la Copa Libertadores con Nacional, el primero para Colombia.
Idénticas historias vivieron la velocista Felipa Palacios que estuvo mucho tiempo en Cali y ahora se radicó en Puerto Rico, y los futbolistas que como Jackson le muestran al mundo que en el Pacífico colombiano hay un territorio en el que brotan, silvestres, atletas de alto rendimiento.
Estos referentes ven con agrado que Chocó sea sede de los Juegos Nacionales de 2015 y se animan porque la herencia que le quedará a esta región en infraestructura representará progreso, abono para la cantera.
Mábel y Ubaldina creen que con mejores condiciones los niños no tendrán que emigrar y dejar sus raíces, y podrán desarrollar su talento cerca de las familias. Pero también se inquietan por el compromiso y la gestión que debe hacerse a 14 meses de los Juegos.