Hace tiempo caminar Colombiamoda me viene generando una sensación difícil de describir, es como cuando todo está revolcado, cuando el ruido y la exageración no dejan oír ni ver eso que uno va buscando. Como si las perlas estuvieran metidas...entre un mundo de cosas donde uno no logra verlas y menos tocarlas.
Esta última vez aguanté media hora. Fui buscando la puesta en escena del oficio que amo, fui a ver la gente que cose, crea, corta, transforma, ofrece, cuenta historias…y encontré mucho ruido. Oí y recordé frases como "hay que hacer ropa de mostrador", "eso ya está inventado", "no pierda tiempo diseñando y copie", "no pues tan poeta". Frases perturbadoras que opacan la magia del oficio, la magia de crear o transformar.
Claro que hay que hacer ropa de mostrador, claro que hay empresarios admirables en este país, como
Arturo Calle, empresarios que han identificado un camino y lo han recorrido con empeño y valentía.
También hay diseñadores que vemos un camino distinto e igualmente valioso. Nos gusta crear, hacer ropa con historias, ofrecer el placer de lo distinto, usar una idea para hacer poquitas prendas, en fin, vivimos este oficio de otra manera.
Sería maravilloso encontrar en Colombiamoda espacio para todos, ruido y silencios, ropa de mostrador y prendas únicas.
Los seres humanos también nos expresamos a través de lo que usamos y nos ponemos, los seres humanos somos maravillosamente complejos y distintos, por eso necesitamos diseñadores y empresarios que nos ofrezcan distintas cosas.
Ojalá Colombiamoda fuera una conversación, no un monólogo torpemente orquestado.