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HISTÓRICO
Las aves se sentirán acorraladas por el clima
  • Una de las aves de la Sierra Nevada de Santa Marta, en la Reserva El Dorado. Hay varias especies endémicas allí. FOTO HENRY AGUDELO
    Una de las aves de la Sierra Nevada de Santa Marta, en la Reserva El Dorado. Hay varias especies endémicas allí. FOTO HENRY AGUDELO
Por RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ | Publicado

No es para crear pánico, pero hay que actuar: muchas de nuestras aves están en peligro.

Una modelación de Jorge Velásquez Tibatá, candidato a doctor en Stony Brook University, reveló que perderán del 33 al 43 por ciento de su hábitat por efectos del clima a 2050. De ellas, 18 especies lo perderán del todo.

La situación sería más seria para la serranía del Darién y la Sierra Nevada de Santa Marta. El estudio apareció publicado en Environmental Change.

Velásquez advierte que la metodología tiene algunas limitaciones “para no ser alarmistas”. Se usó, dice, una herramienta de modelación de distribución de especies, muy utilizada por la comunidad científica. En estos modelos se asume que las especies no se van a adaptar al cambio climático.

“Eso no lo podemos saber con la información que tenemos en la actualidad, pero creemos que para salvar las especies es necesario utilizar un enfoque de precaución y encender las alarmas antes de que sea demasiado tarde”.

¿En qué zonas podría ser mayor la reducción de aves y debido a qué? ¿Dónde tendrían menos problemas para adaptarse?
“Las regiones con el mayor número de especies para las cuales no se proyecta clima adecuado en el futuro son las montañas aisladas, como la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Darién. Es preocupante pues en estas montañas se concentran endemismos de aves que están aislados de otras áreas climáticamente viables en Los Andes.

Observamos un mayor porcentaje de pérdidas (32 al 41%) en la riqueza de especies en la franja entre los 1.000-3.000 msnm mientras que algunas áreas altoandinas (>3.000 msnm), bajo Atrato y Caribe tuvieron ganancias moderadas, aunque el balance general fue negativo igual para todas las regiones geográficas analizadas”.

¿Qué incidencia tienen las áreas protegidas en la atenuación de los efectos del cambio climático sobre las aves?
“Encontramos que 96% de las especies de aves endémicas y de rango restringido de Colombia tienen al menos 10 km2 de su distribución en áreas protegidas. Algo positivo es que a futuro un gran porcentaje de las especies (95%), en nuestras proyecciones, sigue manteniendo al menos 10 km2 de su distribución en áreas protegidas.

Estas buenas noticias dejan de ser buenas cuando se considera el numero de especies con más 2.000 km2 en áreas protegidas, el cual es el umbral establecido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza para categorizar una especie como amenazada o no (eso es una simplificación pues criterios adicionales deben ser cumplidos para considerar una especie como amenazada). Solo 45% de las especies que analizamos tienen mas de 2.000 km2 en áreas protegidas en la actualidad y nuestras proyecciones indican que ese porcentaje se reduciría a solo un 30% bajo escenarios de cambio climático del 2050.

Vale la pena resaltar que las áreas protegidas de orden regional y local, así como los territorios indígenas (los cuales no son áreas protegidas en sentido estricto) amortiguan hasta en un 14% los efectos esperados del cambio climático, por lo cual es muy relevante el manejo que se les dé para la protección de las aves”.

¿En cuántos años podrían sentirse los mayores efectos?
“Nosotros utilizamos proyecciones de clima del IPCC para el periodo 2040 -2059 (por simplicidad nosotros llamamos 2050). Sin embargo, eso no quiere decir que las especies vayan a responder a los efectos del cambio climático a la misma velocidad”.

¿Cuál es la mayor implicación de este estudio?
“El principal mensaje es que la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Darién son las áreas donde se anticipa que un mayor número de especies endémicas y amenazadas tendrían una reducción en su distribución debido al cambio climático. Es muy importante implementar programas de monitoreo continuos de las poblaciones de aves en esos sitios para intervenir en caso de ser necesario.

A pesar de que hay parques nacionales bastante extensos en ambas montañas, varias de las aves de esas regiones son endémicas y se encuentran en estado de amenaza por la reducción de su hábitat. Estas especies se podrían ver enfrentadas a una doble amenaza: transformación del hábitat y cambio climático. También es necesario reforzar la protección en esos parques.

Un segundo mensaje es que la protección que confieren las áreas protegidas es suficiente únicamente cuando consideramos estándares mínimos de protección (10 km2/especie). Es importante aumentar la red de áreas protegidas para lograr una representación más aceptable (2.000 km2/especie) de las especies, pero esto no tiene que ser necesariamente bajo la figura de áreas protegidas de orden nacional (parques nacionales, santuarios etc)”

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