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HISTÓRICO
COMPORTAMIENTO ELECTORAL CIUDADANO Y DEMOCRACIA
  • COMPORTAMIENTO ELECTORAL CIUDADANO Y DEMOCRACIA
Por ALEJO VARGAS VELÁSQUEZ | Publicado

Las elecciones son el ejercicio periódico de los ciudadanos en una democracia, a través del cual eligen a sus gobernantes, o a quienes los van a representar en los cuerpos colegiados de representación (Congreso, asambleas departamentales, concejos). Por eso es tan importante participar y votar libremente por la que cada uno considere es la mejor opción y si piensa que ninguna propuesta lo convence, ahí está la opción del voto en blanco, que si llegara a ser mayoritaria significaría que debería repetirse la elección con nuevos candidatos.

A veces decimos que no nos gustan los políticos o los partidos políticos, pero en realidad son una especie de mecanismo necesario en una democracia, porque es a través de ellos que seleccionamos gobernantes y representantes. El que haya o no buenos partidos políticos también es una responsabilidad colectiva, porque si los ciudadanos nos preocupamos por participar en las actividades del que más nos atraiga y además los premiamos o castigamos en las elecciones, eso ayudará a mejorar la calidad de los mismos. Pero si nos desentendemos, si solamente días antes de elecciones los buscamos para ver qué candidatos presentan, pues es probable que allí no estén siempre los deseables.

Por ello los partidos políticos, los candidatos y sus campañas tienen igualmente el deber de actuar responsablemente, el debate político y sus propuestas pueden ser intensos y apasionados, como lo es la política, pero no convertir su controversia en una especie de "guerra" contra imaginarios enemigos y limitarse, con decencia y responsablemente, a tratar de convencer a los ciudadanos de que su propuesta es la mejor, y una vez surtido el certamen electoral, reconocer los resultados y si consideran que pudo haber irregularidades, acudir a los mecanismos legales que un Estado de Derecho como el nuestro tiene.

Un elemento central en las democracias liberales es que todas las fuerzas políticas y todos los ciudadanos deben partir de aceptar que no existen enemigos –el enemigo es algo propio solamente de la guerra o de regímenes autoritarios-, lo que existen son adversarios políticos -que tienen ideas y propuestas diferentes sobre cómo resolver los problemas de la sociedad y los asuntos del Estado, pero con quienes podemos y debemos llegar a acuerdos- y que periódicamente a través de los votos, los ciudadanos escogen el camino que quieren para dirigir los asuntos del gobierno y la sociedad.

Por lo tanto debemos siempre estar listos para reconocer la victoria del que gane y la fuerza política que triunfe a manejar su victoria con generosidad y magnanimidad. Además, con la certeza que una vez concluyan las elecciones volvemos a la cotidianidad, que los elegidos deben tener la posibilidad para gobernar y los que perdieron igualmente el derecho de ejercer el control político que es lo propio de la oposición en un régimen democrático.

En la medida en que actuemos con esos criterios y principios en nuestra vida cotidiana, con seguridad vamos a tener no sólo una mejor calidad de nuestra democracia, sino también una vida cotidiana más amable y tranquila y por supuesto unas relaciones respetuosas y armónicas con nuestros vecinos.

Votemos tranquilamente, respetemos los resultados y preparémonos para seguir nuestra vida cotidiana, aprendiendo cada vez a respetar y convivir con quienes son y piensan diferentes a nosotros.

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