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Dos realidades convergieron ayer en la jornada de los diálogos de paz entre el Gobierno y las Farc: el cese de las hostilidades anunciado por el grupo guerrillero, tras dos meses de tregua, y los dispositivos de seguridad aplicados en regiones consideradas críticas ante una posible arremetida de la guerrilla.
Ante esa posibilidad y la negativa del Gobierno a aceptar la presión del grupo guerrillero desde Cuba para acordar un cese el fuego bilateral, el presidente Juan Manuel Santos afirmó anoche que “la conclusión es que hubo un cumplimiento relativo”, tras un consejo de seguridad en la Casa de Nariño.
El mandatario agregó que “se tomaron todas las precauciones y medidas para que esas acciones sean neutralizadas y en ese sentido queremos dar un parte de tranquilidad”.
Casi al mismo tiempo del anuncio, guerrilleros del frente 33 de las Farc dispararon sus fusiles y lanzaron “tatucos” explosivos contra el comando de Policía del municipio de Hacarí (Norte de Santander). El hostigamiento dejó cuatro uniformados heridos por esquirlas. Además, el Ejército atribuyó a las Farc el derribo de una torre de energía en la vereda La Palestina (Putumayo), que desde la mañana de ayer dejó sin energía a Orito, La Hormiga y San Miguel.
Mientras tanto, en Tolima, Huila, Risaralda, Cauca, Antioquia y otras regiones, hubo un amplio despliegue de soldados y policías para evitar la alteración del orden público.
El general Jorge Humberto Jerez, comandante de la Fuerza de Tarea Apolo, explicó a este diario que en el norte del Cauca seguirán articulados el Ejército y la Policía “para un dispositivo que permita minimizar las acciones de estos grupos ilegales”. Agregó que en Cauca las Farc incumplieron “y tuvimos ataques a la población civil y a las tropas”.
En la mañana, desde La Habana (Cuba) alias “Iván Márquez”, jefe del equipo negociador de las Farc, anunció el fin de la tregua unilateral y la reanudación de los ataques que se materializaron pocas horas después: “con dolor en mi corazón, tengo que admitir que volvemos a la fase de guerra que nadie en este país quiere”.
Insistió en la propuesta de un cese bilateral de las hostilidades “para rodear con un ambiente tranquilo las conversaciones de paz”.
Para María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz, el fin de la tregua pretende mostrar “que valen militarmente y que pueden seguir haciendo daño hasta que haya un acuerdo final”.
Según la Defensoría del Pueblo, la guerrilla cometió 57 acciones violentas durante el cuestionado cese el fuego de dos meses.