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La imagen de un endeble muchacho en medio de la soledad del escenario de pesas del gimnasio Humberto Perea, en Barranquilla, es para Sergio Rada, apenas un recuerdo de esa época vivida hace apenas unos años cuando intentaba abrirse camino en la halterofilia.
Pequeñito de estatura, de tez blanca y con una apariencia física que ni siquiera daría para pensar que con esos brazos, tan corticos, pudiera levantar, de un solo jalón, algo más de 112 kilos, este barranquillero, de 26 años de edad recién cumplidos y quien tuvo un paso fugaz por la Liga de Antioquia, será el primer colombiano en subir a la tarima para empezar a afrontar el torneo de pesas de los Juegos Suramericanos.
"Ganar, ganar, ganar", es la palabra que repite Aymer Orozco, el entrenador nacional del equipo que tiene la misión de revalidar los títulos no solo de los pasados Juegos Bolivarianos, del año pasado, con los que comenzó el ciclo olímpico, sino el de las justas surcontinentales. Ambos cetros los logró Colombia en Sucre-2009 y Buenos Aires-2006, respectivamente.
"El entrenamiento ha sido exigente, duro y todos hemos cumplido, por eso estamos aquí", dice Rada, mientras Orozco ni siquiera parece inmutarse por las cuentas. "Aquí somos locales, tenemos gente buena, hubo una buena preparación. Hay que ganar", queriendo decir todo. Y así es porque casi todos los colombianos tienen larga experiencia en mundiales y olímpicos. Emergen como rivales, para recoger migajas -lo que se le pueda resbalar a Colombia-, Venezuela y Ecuador.
Rada, ese muchacho que si no hubiera dejado su natal Barranquilla para irse a Cali a demostrar su clase, seguro que se hubiera perdido como tantos otros, sube al rectángulo a ratificar su más reciente título, en Bolivarianos (113-145-258).