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Así como los seres humanos somos el producto de millones de años de evolución, cuyo fin último parece ser el desarrollo de una conciencia muy elaborada, que nos permita no solo hacernos preguntas sobre el mundo en que vivimos sino buscar las respuestas a estas preguntas, las aves son criaturas maravillosas y altamente sofisticadas, a quienes la evolución ha premiado con la exquisita capacidad de remontar los aires.
Salvo algunas excepciones, producto de también excepcionales adaptaciones, son máquinas de vuelo perfectas. Y es por esto que, así como una de las mayores afrentas que se le puede hacer a una conciencia humana es intentar quebrantar su sagrado e innato derecho a cuestionarse, para un ave voladora el cautiverio es como la muerte.
Como recién llegado a Medellín tenía una gran expectativa frente a la celebración de la Feria de las Flores y asistí muy emocionado a la exposición "Orquídeas, Pájaros y Flores", que a lo largo de dos semanas fue instalada en el Jardín Botánico de Medellín, uno de mis lugares favoritos. Siendo parte del grupo en Facebook de la Sociedad Antioqueña de Ornitología SAO, he podido entrar en contacto con la vibrante comunidad de observadores y fotógrafos de aves en el departamento.
Esto me hizo creer que encontraría una selección de las más hermosas fotografías de aves nativas, tomadas por otros amantes de la naturaleza con más destreza con las cámaras que yo. O en su defecto, acorde con la Feria, aves hechas de flores, cuyos vistosos pétalos hicieran las veces de plumas.
Cuál no sería mi sorpresa al descubrir que la parte de los "Pájaros" no era otra cosa que unas cuantas jaulas donde aves multicolores cantaban y volaban de un lado a otro, evidentemente estresadas con el ruido y la cantidad de gente. Pero lo más grave de todo es el gran número de niños que asistieron, y seguramente entendieron en medio de su inocencia que el lugar al que pertenece un ave es una jaula.
El día de mañana no verán problema en comprar para su entretenimiento, ya no canarios exóticos como los de la exposición, sino tal vez especies amenazadas como el hermoso Paujil de Pico Azul, que es además el símbolo de la avifauna antioqueña.
Muy mal hace el Jardín Botánico en permitir este tipo de exposiciones en sus predios. Esperemos que para la próxima versión recapaciten y organicen un evento acorde con su misión.
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