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Para que la sonrisa les vuelva al rostro y el estallido de una mina y sus consecuencias sea un asunto superado, profesionales de siquiatría, sicología y trabajo social de la Universidad de Antioquia, dieron apoyo sicosocial a 240 víctimas de minas antipersonal de cinco municipios del Oriente antioqueño.
Con recursos de la Fundación Rotaria, la Embajada Alemana, y la Fundación Mi Sangre, se inició hace ocho meses este proyecto que tenía como fin, además de atender a esta población víctima del conflicto armado, diseñar un modelo de atención sicosocial que pueda ser implementado por organizaciones que trabajen en la recuperación integral de las víctimas en el país.
"Es importante que Colombia entienda que si no atendemos a estas víctimas se puede dar una revictimización o pueden convertirse en agentes de nuevas violencias", señala el siquiatra Jorge Ospina, director de este proyecto.
Palabras de dolor
"Mi abuelo penó tres días antes de morirse", relata Alejandro Velásquez, de 13 años y nieto de Miguel Antonio, quien pisó una mina en Granada en 2004.
"La mina estalló, él quedó en pedacitos, mi niña murió camino al hospital de Granada y a mí me quebró una pierna", así narra Luz Elena el día que perdió a su esposo Luis Maurino y a su hija Yuliana.
Escuchar estas historias, hacer talleres, terapias y dinámicas para que las víctimas curen las heridas que les dejaron las minas en el alma, fue el trabajo de los profesionales de la Universidad de Antioquia y el Hospital San Vicente de Paúl durante los ocho meses que duró la atención a estas personas.
Validar este modelo
Pero este proyecto va más allá de las terapias, la idea era crear un modelo de atención sicosocial para víctimas de minas antipersonal y munición sin explotar, objetivo que se cumplió y será presentado este viernes a la opinión pública.
"Hay que visibilizar el impacto que deja un accidente de estos en una persona, un tema que demanda atención de todos los estamentos", dice el doctor Ospina, quien alerta al indicar que según la Organización Mundial de la Salud, el 50 por ciento de las víctimas de minas presentan algún síntoma grave de tipo sicosocial, como estrés postraumático o depresión severa, durante la intervención en el Oriente antioqueño encontraron que este porcentaje se eleva a un 60 y hasta un 80 por ciento en la población atendida.
"Una de las particularidades en nuestro caso es que el 100 por ciento de las víctimas atendidas se encuentran por debajo de la línea de pobreza y la mayoría están expuestas al conflicto armado antes y después de sufrir el accidente con minas", señala el siquiatra Jorge Ospina.
Estos profesionales que se dedicaron a devolverles la esperanza y las ganas de vivir a estas personas, quieren insistir para que la atención sicosocial haga parte de la atención integral a las víctimas del conflicto armado y se convierta en una política pública.
"Queremos validar este modelo de atención y que los colombianos entiendan que estas personas no afrontan un duelo común como los que asumimos los seres humanos en la vida, su trauma es mucho más complejo y necesita la atención debida".