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Primero se situaron en una cancha interior, luego abrieron un boquete en la platina que separa los dos edificios para brincar a un techo, desde el cual saltaron más de cinco metros para caer a la zona verde, y luego salvar la doble malla que separa el penal del exterior.
Quedaron en un área semiboscosa, en la cual no tuvieron que caminar más de 40 metros para alcanzar la antigua Vía al Mar, donde los esperaba otra fase del plan.
Toda la escena hizo parte de la fuga de película que protagonizaron el domingo los seis reclusos que se evadieron de la recién inaugurada cárcel de San Cristóbal.
Lo hicieron entre las 3:30 y las 4:30 de la tarde, aprovechando el furor de la visita dominical, pero el personal carcelario se enteró media hora después. A las 5:00 p.m. se empezó a trabajar en forma conjunta con Ejército, Policía y personal interno del Inpec para recapturarlos, pero hasta la tarde de ayer la tarea había sido infructuosa.
El episodio obligó la presencia ayer del director general (e) del Inpec, Luis Felipe Henao Cardona, quien señaló que los fugados, dos condenados y cuatro sindicados, son delincuentes peligrosos.
Uno de ellos, Jeison Smir Velásquez Pino, alias el "Rolo", ex jefe de combos del sector de La Sierra.
Sobre los detalles de la fuga, Henao explicó que las pesquisas preliminares conducen a que existen unas fallas estructurales del centro penitenciario que se tienen que revisar, pues apenas se está recibiendo, como quiera que se empezaron a traer escalonadamente los internos.
Otras averiguaciones, dijo, se orientan a indagar si existen fallas humanas o colaboración del personal de custodia del Inpec.
"La decisión es ser firme en las determinaciones. Si existe corresponsabilidad, sea por corrupción o por omisión en el manejo de la guardia, se tomarán las decisiones pertinentes", advirtió.
¿Pero qué fallas estructurales? El funcionario precisó que todos los edificios nuevos tienen que cumplir con unas normas sismoresistentes de aislamiento, entre ambas estructuras, para que en la eventualidad de un terremoto "no choquen".
Es decir que se deja un espacio entre ambas estructuras, el cual está aislado a través de una lámina. "Esa lámina no soporta los elementos de seguridad necesarios y estas personas rápidamente lo vieron", comentó.
Ante su fragilidad, los fugitivos quitaron la lámina y se metieron por el hueco que abrieron.
Corrieron el riesgo
Una vez en la parte exterior de los edificios, agregó Henao, saltaron el enmallado, de 4,50 metros de altura, ayudados de cobijas para no lastimarse con el alambrado de seguridad. "Estamos con delincuentes, personas acostumbradas a cometer homicidios para las que saltar una malla y poner en peligro su vida no les ofrece la menor precaución y corrieron el riesgo", dijo.
Sobre la posible falla estructural, el director del Inpec anticipó que aquí hay una responsabilidad del constructor o de la interventoría y que la primera decisión tomada por el Gobierno es que no se van a realizar más traslados a las nuevas penitenciarías hasta tanto se revisen todas las medidas de seguridad.
El Pedregal, recordó, es uno de los diez centros carcelarios nuevos que tienen condiciones generales muy altas de seguridad, pero que aquí se vio la primera falla.
Como los demás detenidos pueden aprovecharlas, dijo, lo primero que se hizo fue pasar a los sindicados de un patio a otro donde aquellas no se den.
La segunda acción es que se iniciaron los procesos de contratación para el reforzamiento estructural y que la situación no se repita.