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Cuenta la historia, y la recuerda Héctor Echeverri Correa, que durante su presidencia el doctor Guillermo León Valencia estuvo de visita oficial en Estados Unidos y un periodista imprudente le preguntó:
-Señor presidente, ¿siguen en Colombia los guerrilleros masacrando campesinos?
-No señor, respondió Valencia, ahora se dedican a matar líderes negros y presidentes.
Se refería a las muertes del presidente John F. Kennedy y de Martin Luther King, asesinados allá.
Vimos esta semana al presidente Juan Manuel Santos por televisión en un tonito medio regañón, que no le conocíamos diciendo:
- Y que no me digan algunos cómo debo combatir a los narcoguerrilleros, pues eso es lo que he venido haciendo estos últimos años. No hemos bajado la guardia y si hay que apretar más, lo vamos a hacer.
No hay que recurrir a la ironía del presidente Valencia para decirle a Santos que quienes hemos dicho que se ha bajado la guardia en Seguridad Democrática, somos muchos. Según las estadísticas de País Libre, el secuestro en Colombia el primer trimestre de este año comparado con el mismo período del año pasado aumentó 21 por ciento. Las masacres, según la oficina de Derechos Humanos de la ONU en Colombia, han aumentado en forma alarmante. Las noticias en los diarios y noticieros están llenas de muertes a bala y guerras entre las bandas de traficantes de drogas, de robos y atracos. La "percepción de inseguridad" es general.
Si nos fijamos en Urabá y Chocó, las invasiones de fincas urbanas en Turbo, Apartadó, Chigorodó, Carepa y Carmen del Darién, los secuestros masivos como los del Atrato, no se veían en los últimos años del anterior gobierno, cuando nuestro actual mandatario era ministro de Defensa, pero era que había otro presidente que hacía seguimiento.
Si a todo esto le agregamos la desconfianza en la Justicia, politizada y parcializada que ordena cárcel para prestigiosos militares que nos defendieron en el pasado y para miembros del Congreso por vínculos con "paramilitares", por simples testimonios verbales, mientras a quienes se ven en videos y discursos defendiendo públicamente a las Farc ni se les detiene, ni se aceptan pruebas como los computadores de alias Reyes, con fotos y videos.
El solo hecho de la presentación del proyecto de ley para la Política Integral de la Seguridad y Defensa para la Prosperidad, por el solitario ministro Rivera, ante el Congreso, mientras el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas y de Policía hablaba ante un organismo civil de la Ley del Deporte, nos dice el compromiso que nuestro regañón Presidente tiene con la Seguridad para la Prosperidad. Ojalá nos demostrara con hechos, señor Presidente.
Devuélvales la confianza a las Fuerzas Militares y de Policía con un estatuto por el cual se juzgue a los miembros de las Fuerzas del Orden por tribunales castrenses que entiendan los procedimientos penales para militares. ¿No dizque estamos en Conflicto Armado? Aplíquelo a la Justicia. Nuestros jueces y magistrados están fallando políticamente, saquémoslos del fuero militar.
Devuélvanos la confianza en el Estado, señor Presidente, no solo a quienes votamos por usted porque le creímos su discurso de candidato, sino a toda Colombia. A esa Colombia hoy inundada que lo ve abrazar a Hugo Chávez y a Rafael Correa, amigos de las Farc. El amigo de tu enemigo es también tu enemigo.
Recuerde esta frase de Laureano Gómez : "Así como los cargos enaltecen a las personas, las personas también deben enaltecer los cargos que desempeñan".
ÑAPA: Desde 1999 no se hace una actualización de los sueldos de las Fuerzas Militares y de Policía. Si a eso le sumamos los juicios sesgados y politizados de los jueces, sabremos el porqué es la desmoralización de nuestras Fuerzas Armadas.