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La tecnología ha hecho avanzar la civilización humana de sociedades agrarias, a industriales, post-industriales y ahora a cibernéticas. La gran mayoría de aparatos que usamos cotidianamente como internet, celulares, televisión, transporte aéreo, motocicletas, son desarrollos de tecnologías aplicadas inicialmente en la Primera y la Segunda guerras mundiales y en conflictos posteriores.
Los países del primer mundo son quienes más y mejor han desarrollado estos artificios que conforman el globo interconectado, acelerado, egoísta, cuasi-virtual e idiotizante en el que sobrevivimos. Pero, no ha avanzado la sociedad al mismo paso en humanismo, ética y moral.
Cualquier analfabeto puede echarse al hombro un MANPAD (Cohete portátil) y derribar un avión comercial. En el caso del vuelo MH17 en Ucrania, al parecer se trató de un misil refinado y de alguna complejidad que requiere por lo menos saber leer y escribir para operarlo "exitosamente".
¿Quién desarrolló y posee esa tecnología? ¿Quién les suministró el equipo a los asesinos? ¿Quién entrenó a los que operaron el sistema antiaéreo Buk SA-11? Todos los dedos apuntan a Rusia, a Putin. El mismo personaje que ha sobrecargado de armamento a Venezuela, instalará un centro de inteligencia electrónica en Cuba, equiparará con material bélico aeronaval a Nicaragua, ayudará a Bolivia a desarrollar energía nuclear y quien manifestó su apoyo a los diálogos de La Habana.
Temeroso de su débil frontera occidental, Putin busca rediseñar la geografía de su país al mejor estilo de los zares, generando una turbulencia geopolítica de marca mayor, uno de cuyos puntos culminantes fue el derribo del jet de Malasyan.
Claro que eso de tumbar aeronaves civiles lo han hecho Estados Unidos en 1988, Rusia en 1983, Italia en 1980, Israel en 1973, Inglaterra en 1968, Bulgaria en 1955. La Fuerza Aérea peruana abatió en 2001 un avión privado creyendo que era un vuelo de narcotráfico y resultó ser el de una misionera norteamericana y su hija. Y claro también que Francia no parará la venta de dos navíos de guerra a Putin y en Inglaterra siguen siendo bienvenidos todos los archimillonarios rusos, a pesar de los 300 pasajeros masacrados.
Las farc, auspiciadas y financiadas en sus comienzos por Rusia, han tratado, infructuosamente gracias a Dios, de adquirir cohetes o misiles SAM para contrarrestar un elemento clave en la desarticulación de su aparato armado: la aviación. Su mejor propuesta fueron ¿son?, unos misiles/cohetes vetustos, de difícil mantenimiento y útiles solamente contra aeronaves de bajo vuelo.
En fin, que no debemos estar muy orgullosos del apoyo de Putin a los diálogos en La Habana y esperemos que los cohetes de las farc se mantengan igual de rudimentarios. Si progresaren, TODOS estaremos en alto riesgo, menos aquellos que creen en la ética y la moral del grupo terrorista. Y que no utilizan el avión.