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Luego de un accidente en 2009 que lo paralizó del cuello hacia abajo, Jason Disanto aprendió a utilizar una silla de ruedas con un sistema de soplar y aspirar a través de una especie de gran pitillo.
Pero eso podría ser cosa del pasado. Un nuevo sistema, usando la lengua, podría ser un avance para lograr mayor autonomía. Sí, una silla de ruedas que se puede mover con la lengua, sin conexiones de alambres y mediante seis comandos.
El desarrollo fue presentado en el último número de Science Translational Medicine.
En el estudio, individuos con parálisis de los cuatro miembros usaron una tecnología controlada por la lengua para acceder a computadores y ejecutar comandos en sus sillas a velocidades más rápidas que las de los otros sistemas y con una gran precisión.
El Sistema de Conducción con la Lengua es controlado por la posición de la lengua del individuo. Un imán especial colocado en ese apéndice permite emplearlo como un joystick para manejar la silla de ruedas. Los sensores en el dispositivo con el imán entregan la posición de la lengua a una diadema en la cabeza, que entonces ejecuta hasta seis comandos con base en las posiciones de aquella.
Una opción para pacientes con tetraplejía o cuadriplejía.
"Ahora tenemos pruebas firmes de que esas personas con discapacidad pueden beneficiarse (del sistema)", dijo Maysam Ghovanloo, profesor del Instituto de Tecnología de Georgia y principal investigador.
"El Sistema de Conducción con la Lengua es una tecnología novedosa que empodera a las personas con discapacidad a lograr un máximo de independencia en casa y en la comunidad permitiéndoles manejar la silla y controlar su movimiento de una manera más suave e intuitiva", precisó Elliot Roth, del Instituto de Rehabilitación de Chicago y coautor del estudio.
También fue mejor el uso de la lengua que un sistema basado en mover un cursor en la pantalla del computador mediante un ratón para dar las instrucciones a la silla.
Los investigadores pusieron a personas sanas y a otras con cuadriplejía a desarrollar una serie de tareas con el sistema. "Al final, todos preferían el sistema que usaba la lengua frente a las otras tecnologías", indicó Joy Bruce, director del Laboratorio Shepherd de Lesiones de la Médula, también participante en el desarrollo