Gracias a la tecnología hemos conocido el lujo, pero también la pobreza en su máxima expresión. Esa brecha entre la opulencia y la carencia se hace más evidente en las redes sociales. Así quieren demostrarlo dos experimentos digitales.
El primero fue obra de la ong Agua es vida. En un video, pobladores de Haití leen trinos de personas del primer mundo. Allí, asuntos como la batería del celular, o fallas del WiFi parecen trivialidades.
Esta campaña buscaba donaciones para llevar potabilizadores de agua a poblaciones vulnerables. Pero, ¿qué sintieron los tuiteros al ver el video?
"En los países donde son normales los lujos, escribir banalidades o exponer las riquezas no tiene la intención de ofender a alguien que está en Haití. Cambiar el contexto, en internet, se usa para crear "Robin Hoods digitales"", explicó
Víctor Solano, periodista y analista digital.
Y aunque gracias a internet los problemas son visibles, "se puede caer en la pornomiseria", agregó.
Redes para exponer el lujo
El segundo fenómeno es una fanpage dedicada a recoger fotos de Instagram de "Rich kids" (niños ricos). Luego las publican para ver las reacciones de la gente común.
¿Lo hacen para impresionar a sus amigos? ¿O buscan presumir o humillar tal y como lo plantea la página
What Happens at Private School Goes ?
Solano cree que esos niños "afortunados" no necesariamente exponen sus lujos para todo el mundo. "Ellos tal vez se dirigen a su audiencia, sin medir el alcance de internet".