Ya son varios los meses de confinamiento de las comunidades indígenas en el Alto Baudó, Chocó. Se encuentran en medio del fuego cruzado de actores armados ilegales.
Pero la presión sobre los civiles no se ha limitado al desplazamiento o el bloqueo absoluto de la llegada de abastecimientos. Ni tampoco a la exigencia de colaborar con alguno de los grupos (bandas criminales o frentes guerrilleros) sino que pasó al asesinato de sus líderes.
El viernes pasado fue muerto
Ernelio Pacheco Tunay, presidente de la Asociación Indígena del Chocó, y ayer fue hallado el cadáver de
Miguel Becheche Zarco, presidente de la Asociación de Cabildos Indígenas del Alto Baudó.
No son hechos aislados. Llevan varias semanas de denuncias, pero el Gobierno Nacional parece no darse por enterado. ¿Será que es posible que se haga algo por esta gente?.