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1. La universidad ideal no existe pero seguro encontrarás la mejor Universidad para ti, según tu proyecto de vida y tus intereses personales. Una vez tengas claro qué carrera quieres estudiar has una primera clasificación y selecciona las universidades que tienen ese programa en tu ciudad. Analiza el pénsum, la duración y lee atentamente la descripción del programa. “Hay muchas carreras con el mismo nombre pero con perfiles completamente diferentes según la institución. Investiga y conoce el enfoque que estas buscando y de acuerdo a esto elige la universidad que te lo ofrezca”, recomienda Juan José Torres, psicólogo del Politécnico Jaime Isaza Cadavid. También debes evaluar tu capacidad adquisitiva porque más allá del precio de la matrícula debes disponer de recursos adicionales para alimentación, fotocopias, transporte y vida social.
“Cuando ingresas a la universidad empiezas a formar tu grupo social y eso muchas veces se dificulta si no te sientes en un ambiente acorde a tu personalidad”, señala la psicóloga María Leonor Díaz. Por eso no te quedes con la foto que viste en internet, ve al campus personalmente, recórrelo y así podrás tener una primera impresión de cómo te sentirás en el lugar.
2. En todas las situaciones de la vida se presentan dificultades que hay que superar y la universidad no es la excepción. No te asustes si empiezas una carrera y en el camino encuentras algunas cosas que no te gustan, todo hace parte del proceso de aprendizaje y adaptación.
“Muchos estudiantes se meten ilusionados a estudiar algo que les fascina y cuando encuentran la primera materia difícil o un profesor al que no le entienden se sienten defraudados y piensan en retirarse. No se puede elegir una profesión pensando en que porque les gusta y tienen habilidades van a entender todo, hay que estudiar, luchar, caer y volver a levantarse”, aconseja Jeannette Lerner, jefe del Departamento de Desarrollo Estudiantil de la Universidad Eafit.
Esfuérzate para ser el mejor, desde que entras al primer semestre empiezas a competir con los compañeros y a buscar tu proyección profesional.
3. No te pierdas la inducción, un proceso que muchos estudiantes se saltan cuando entran a la universidad porque les da pereza asistir o porque no le ven la importancia. Participa y aprovecha este espacio para conocer a tus compañeros, identificar quiénes serán tus nuevos amigos y descubrir todos los servicios que el campus te ofrece. Carolina Tabares, psicóloga de la Fundación Luis Amigó, asegura que “quienes asisten a la inducción reciben información fundamental para empezar la vida universitaria con mayor seguridad”.
4. Aprende a organizar tu tiempo, entrar a la universidad no significa renunciar a tu vida. Los espacios ya no son estructurados como el colegio y en tus manos está optimizar este valioso recurso. Haz el ejercicio de administrar tu tiempo, elabora un cronograma de acuerdo al horario académico y aprovecha esos huecos entre clase y clase. Te darás cuenta que en la universidad tendrás tiempo para todo si eres organizado.
El ritmo de estudio también cambia y exige mayor responsabilidad, autonomía e independencia. En algunas instituciones la asistencia a clase no es obligatoria y tu eres libre de elegir qué hacer con tu tiempo, no lo desperdicies. Expertos coinciden en que el compromiso y la planeación son estrategias clave para asumir las nuevas exigencias de la educqción superior.
5. Conoce todos los servicios que la universidad tiene para ti. Si bien el objeto social de las instituciones de educación superior está encaminado a los procesos formativos, éstos no se limitan a lo académico y cada vez tienden a ser más integrales. Si eres deportista por ejemplo, averigua qué alternativas te brinda la institución para practicar tu deporte mientras estudias. Lo mismo si te gusta pintar, cantar, dibujar o tocar algún instrumento.
Conoce el sistema de bibliotecas, averigua qué convenios tiene tu universidad con otras instituciones nacionales e internacionales, indaga por los semilleros y grupos de investigación y pregunta por los servicios médicos generales a los que tienes acceso como odontología o psicología.