En 311 sedes educativas de la ciudad, todos los días de clase, 119.239 niños y jóvenes hacen una pausa en su jornada para tomarse un vaso de leche y degustar un dulce. Otros 173.887 pasan al restaurante escolar por desayuno o almuerzo.
En total, son más de 293 mil los estudiantes beneficiados con el Programa de Nutrición del municipio en sus 283 instituciones educativas (que con subsedes suman 416), es decir, la cobertura llega a un 84 por ciento de la población matriculada en el sector oficial y la inversión supera los 48 mil millones de pesos.
Los niños de la jornada de la tarde en la Institución La Salle Campoamor ya están acostumbrados a saborear su vaso de leche, y Juan Pablo Rodríguez , alumno de quinto de la Institución Héctor Abad Gómez, cree que los alimentos que recibe en el restaurante lo animan a seguir estudiando.
Claudia Betancur , profesional universitaria en nutrición, de la Secretaría de Bienestar Social de Medellín, cuenta que el Programa de Nutrición está compuesto por dos grandes proyectos: restaurantes escolares y vaso de leche.
Los restaurantes ofrecen desayuno víveres, almuerzo víveres y desayuno preparado o refrigerio. El nombre "víveres" quiere decir que el contratista lleva los ingredientes hasta la sede educativa y las procesadoras de alimentos los preparan en el mismo colegio.
Claudia Tabares , mamá de dos alumnos que acceden a leche y a restaurante en la Institución San Pablo, siente que es un apoyo para padres que no tienen con qué darles dinero a sus hijos para el algo.
La rectora de ese mismo plantel, ubicado en el sector El Popular, Luz María Ramírez , afirma que a 700 les reparten el vaso de leche. "Muchos ni siquiera la tienen en la casa o ni siquiera la toman. La alimentación que reciben es parte de su buen rendimiento, evita la deserción y la fatiga".
Es una propuesta que llega a los más vulnerables. Por eso, esa alimentación que reciben es uno de los factores que contribuyen a bajar el índice de deserción que en la ciudad está un 3,5 por ciento en promedio, y que se suma a otros como la gratuidad.
Rubén Estupiñán , docente de la Institución Jorge Eliécer Gaitán, en Robledo, manifestó que estos programas despiertan también valores y sentimientos entre los alumnos que los reciben. Contó, por ejemplo, como en su plantel, algunos a los que les entregan vaso de leche y dulce comparten con aquellos que no son beneficiados. "Hay niños que van a la escuela es por el alimento, fundamentalmente".
Es que esa sola ración de leche les aporta el 12 por ciento de los requerimientos nutricionales mínimos diarios, dijo Pedro Hoyos , director de Seguridad Alimentaria. Las minutas que se entregan en desayunos aportan un 27,5 y las de almuerzos el 32,7.
En los asuntos nutricionales, la prioridad se da en preescolar y primaria, en donde se presentan las más altas coberturas: 99 por ciento en el primero y 91 en el segundo. "Es una tranquilidad", como afirma Claudia Tabaresn