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HISTÓRICO
El cerco a las Farc en Ecuador
  • ILUSTRACIÓN MORPHART
    ILUSTRACIÓN MORPHART
EL COLOMBIANO | Publicado

La confianza en la nueva etapa de las relaciones entre Colombia y Ecuador tuvo este fin de semana una prueba de fuego, satisfactoriamente resuelta para el bien de ambos países y del resto del hemisferio.

La cooperación militar y de inteligencia para combatir a la guerrilla y a sus redes de narcotraficantes, que históricamente han usado esa frontera porosa, fue la que permitió que la Fuerza de Tarea Pegaso colombiana pudiera propinarle un duro golpe a la columna Mariscal Sucre de las Farc, mientras el ejército ecuatoriano impedía que los subversivos burlaran el cerco, tal como quedó registrado en una reveladora foto publicada ayer por este diario.

El resultado: 25 guerrilleros dados de baja durante los bombardeos ejecutados por la Fuerza Aérea, aunque la cifra podría superar el medio centenar dados los hallazgos que sobre el terreno hicieron el Ejército y el CTI colombianos.

Lamentable todas estas muertes en combate. Sería preferible que las Farc entendieran, de una vez por todas, que la mejor forma de acabar con tanta violencia es desmovilizarse y entregar las armas.

Mientras eso no ocurra, nuestras Fuerzas Militares y sus similares de los países vecinos deben cumplir con sus responsabilidades y salvaguardar la seguridad en sus territorios.

Resulta alentador y un buen mensaje para el resto de la región que Ecuador haya entendido su papel en la lucha contra el crimen trasnacional. Que el presidente Rafael Correa, más allá de los cálculos políticos y de su afán de desmarcarse de las Farc, ponga a buen recaudo a quienes usan la frontera no sólo como retaguardia, sino como despensa para el aprovisionamiento de explosivos, tráfico de drogas, desplazamientos forzados, secuestros y terrorismo.

Aunque tardía, dada la histórica presencia de las Farc en la zona, esta actuación del ejército ecuatoriano puede marcar un antes y un después en las relaciones con Colombia. La recuperación de la confianza Bogotá-Quito es fundamental para conseguir que otros países, en especial Venezuela, entiendan que no es posible seguir de espaldas al terrorismo y el narcotráfico en nuestras fronteras.

Los operativos militares del pasado fin de semana son un paso esencial para continuar en la desarticulación de toda esa red de apoyo que las Farc mantienen en la región.

Saber que hay un trabajo armónico, de mutua cooperación y de respeto por la soberanía entre nuestras Fuerzas Militares y las de los vecinos, corrobora los buenos resultados en materia de lucha contra el crimen organizado.

Nunca como ahora se había logrado incautar más droga, decomisar más armas y explosivos, cerrar más rutas de abastecimiento de víveres y capturar a más guerrilleros en la frontera.

No sabemos si por intereses electorales o por desmarcarse de sus presuntos vínculos con las Farc, tal como lo dejaron en evidencia los correos del computador de alias "Raúl Reyes", este cambio de actitud del presidente Correa resulta trascendental para la negociación que se adelanta con las Farc en La Habana.

No es un secreto que la supervivencia del grupo guerrillero y la de sus aliados en el narcotráfico ha sido posible, en gran medida, por la pasividad que han encontrado, sobre todo, en las fronteras de Colombia con Ecuador y Venezuela.

Ese es el mensaje que debe llegar a La Habana: que las Farc ya no tienen espacio para la guerra, ni en Colombia ni en el resto del hemisferio.

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