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No escapa nadie. De China a Estados Unidos, de Australia a Europa. A nadie respeta. De los desastres debidos al clima murieron casi 2 millones de personas en el planeta en 43 años.
Entre 1970 y 2012 hubo en todo el mundo 8.835 desastres relacionados con el clima, el tiempo y el agua. Las pérdidas económicas pasaron de 2,4 billones de dólares.
Sequías, inundaciones, ciclones, ventiscas, deslizamientos, incendios forestales, temperaturas extremas, epidemias y hasta infestaciones de insectos vinculadas a las condiciones meteorológicas e hidrológicas.
Los desastres climáticos están en alza, dice el Atlas de Mortalidad y Pérdidas Económicas por el Tiempo, el Clima y los Extremos de Agua presentado por la Organización Meteorológica Mundial.
Las cifras pueden estar subestimadas en 50 por ciento, de acuerdo con un reciente informe de Naciones Unidas.
Michel Jarraud, director de la OMM y Debarati Guha Sapir, del Centro de Investigaciones en la Epidemiología de los Desastres, indicaron que el impacto creciente no se debe solo a la mayor frecuencia sino también a la creciente vulnerabilidad de las sociedades, en particular aquellas al margen del desarrollo.
Las pérdidas humanas y económicas y los desastres varían de tipo de región a región dice el informe.
El mayor número de muertos se debió a las sequías en África; las tormentas en Asia, Centro, Norteamérica, el Caribe y el suroccidente del Pacífico; las inundaciones en Suramérica; y las olas de calor en países de Europa.
Colombia puso dos grandes tragedias: el deslizamiento de Villatina (Medellín) con 600 muertos al venirse la montaña del centrooriente de la ciudad en 1987 y los 418 de las inundaciones de 2010, en particular en los departamentos del Atlántico y Magdalena.
Las mayores pérdidas económicas las provocaron las inundaciones y las tormentas.
Contrario a lo que podría pensarse de que los grandes desastres causan el mayor número de pérdidas humanas y económicas, no es así.
Los 10 desastres peores en muertes representaron solo 0,1 por ciento de todos los eventos, pero significaron el 69 por ciento de las muertes: 1,34 millones.
Los 10 desastres más costosos responden por el 19 por ciento (443.600 millones de dólares) de todas las pérdidas económicas.
Mayoría
Las tormentas y las inundaciones fueron responsables del 79 por ciento de los desastres, provocaron el 54 por ciento de las muertes y 84 por ciento de las pérdidas económicas. Las sequías causaron el 35% de las muertes debido en especial a los eventos severos que soportó África en 1975, 1983 y 1984.
Y mientras las 10 peores tragedias en pérdidas de vidas se presentaron sobre todo en países en desarrollo, las mayores pérdidas económicas las tuvieron los desarrollados y aquellos países con economías en transición.
Hubo situaciones dramáticas: los 300.000 muertos por sequía en Etiopía en 1983 e igual cantidad por inundaciones de 1970 en Bangladesh.
Pese a que en África, que puso un tercio de los muertos del periodo, las inundaciones fueron la tragedia prevalente, las sequías cobraron más víctimas con el 96 por ciento de las casi 700.000 muertes.
De los 10 peores desastres por número de víctimas, 8 se dieron en África y Asia.
Podría decirse que este continente es el que más ha sufrido los embates del agua con severas tormentas e inundaciones: dejaron 915.389 muertos y pérdidas por 789.000 millones de dólares.
El principal impacto fue de las inundaciones con el 45 por ciento seguidas por las tormentas con el 35. Solo en Bangladesh y Myanmar se perdieron 500.000 vidas.
No es Suramérica la más afectada aunque sí perdieron la vida 54.995 personas en los 43 años del registro y las pérdidas económicas ascendieron a 71.800 millones. Venezuela puso 30.000 muertos por las inundaciones y los movimientos de tierra.
Aparte de las inundaciones por clima extremo (57%), los deslizamientos fueron el 16 por ciento de los desastres.
Tormentas y huracanes fueron la principal causa de muerte y destrucción en Centro, Norteamérica y el Caribe donde hubo 1.631 tragedias con 71.246 muertes y pérdidas por 1.008 millones de dólares.
El 72% de las muertes fueron causadas por las tormentas, con Mitch y Fifi en 1998 y 1974 como los más mortíferos (25.000 muertes), y el Katrina como el más destructor: 146.900 millones en pérdidas.
Los tres principales desastres por afectación económica los sufrió Estados Unidos. Además del Katrina, Sandy y Andrew golpearon duro.
Las temperaturas altas causaron el mayor número de muertes en Europa, 94 por ciento de las 149.959 con 128.000 entre la ola de calor de 2003 y la rusa de 2010.
Lo inquietante es que los fenómenos climáticos extremos proseguirán.
El Quinto reporte del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, emitido a fines de 2013, confirmó que las crecientes concentraciones de gases de invernadero en la atmósfera han cambiado los patrones climáticos y el ciclo global del agua.
Se acentuará
El clima continuará cambiando. "En los próximos decenios el cambio climático tendrá repercusiones principalmente negativas en las ciudades y la infraestructura, la migración y la seguridad, los ecosistemas y las especies, los cultivos y la seguridad alimentaria, la salud pública, el suministro de agua y en muchos más ámbitos. Seremos testigos de sequías extremas, inundaciones y olas de calor. Los pobres y vulnerables serán los más afectados", según Jarraud.
Para él y Guha Sapir, el Atlas de desastres es una voz de alerta para los países. El asunto es si harán caso.
Colombia, por ejemplo, que es uno de los más afectados por el cambio climático, aún no toma conciencia.
"En el calentamiento mundial no hay moratorias que valgan," dijo Jarraud. "Los gases de invernadero se almacena en los océanos. Han alcanzado niveles récord, lo que significa que nuestra atmósfera y nuestros océanos continuarán calentándose durante los próximos siglos. Las leyes de la física no son negociables."
Ricardo Lozano, consultor y exdirector del Ideam es tajante: "Tal como dice el IPCC y la oficina de la Ocha, Colombia tiene el tercer lugar en población en alto riesgo. Comparada con China, Bangladesh, India, que tienen mucho más población, Colombia no debería estar ahí".
Las mayores amenazas son por avalanchas e inundaciones. "Eso debe poner a pensar que los fenómenos serán más intensos y continuos".
Pero se carece de políticas de cambio climático, no hay ley para reducir los riesgos y las amenazas actuales, y aumentar la capacidad para enfrentar los problemas. "Cada sector tiene que tener su estrategia de adaptación para reducir y aprovechar oportunidades, que no se están aprovechando: en 2010-2011 no se aprovechó la lluvia y después hubo desabastecimiento".
Hoy, como se ha visto en la sequía en la costa norte, solo se pueden hacer planes de contingencia para atender la crisis. "Esto no se puede seguir planificando a punta de carrotanques, eso habla de la improvisación".