La búsqueda era una ciudad, cualquiera en el mundo, que se mereciera el título de La ciudad innovadora del año. Primero fue un honor estar entre las 200, si se piensa todas las ciudades que tiene el mundo, y estar entre las 25, después, era emocionante. Por eso, cuando solo fueron tres, la palabra es más extrovertida: excitante. No porque los paisas no creyeran en Medellín (tanto creyeron, que hoy Medellín tiene el título), sino porque Nueva York es una ciudad tan grande, y sus cartas también tan importantes, que cualquier posibilidad se podía barajar.
Las innovaciones de La gran manzana están enfocadas en la conservación del medio ambiente.
Los programas de conservación han hecho que el consumo de agua esté en su nivel más bajo desde hace 50 años y, si bien es la ciudad más poblada del índice de Ciudades verdes de Siemens, con 27.700 habitantes por kilómetro cuadrado, el 20 por ciento de su superficie es verde.
La que es llamada la Capital del mundo ha desarrollado proyectos para construir escuelas amigables con el medio ambiente, que buscan ahorrar energía y agua, y casi el 25 por ciento de los 13.200 taxis de Nueva York son vehículos híbridos o de diesel limpio. Su flota de transporte público se considera la más limpia de Estados Unidos.
A la final que vivieron las tres ciudades nominadas por el Citigroup y
The Wall Street Journal para convertirse en la Ciudad del Año, Tel Aviv llegó, entre otras cosas, gracias a propuestas de movilidad como su sistema de tren ligero, y de apoyo a la innovación como el futuro centro de innovación que construirán la Universidad de Tel Aviv y CA Technologies.
Fue tanto el entusiasmo generado por el concurso que el primer ministro israelí,
Benjamin Netanyahu, invitó recientemente a los israelíes, por medio de su página en Facebook, a votar por su urbe en internet.
El embajador de Israel en Colombia,
Joed Magen, aseguró que entre los ases bajo la manga que tenía su ciudad para hacerse con el título, está el hecho de que la urbe es un centro de emprendimiento que ya cuenta con reconocimiento mundial.
"Tel Aviv tiene la mayor concentración percápita de empresas ‘start up’, así como un gran número de instituciones académicas y de investigación. Es la ciudad del país con más jóvenes involucrados en proyectos de emprendimiento, lo que le ha permitido ser exitosa en el tema de innovación y tecnología en los últimos veinte años", aseguró.
No en vano esa ciudad fue distinguida por la Unesco como ejemplo de arquitectura moderna y urbanismo.