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HISTÓRICO
El gato de Fernando Botero ya es colombiano
  • El gato de Fernando Botero ya es colombiano | El Gato salió del puerto de embarque Antwerpen, en Bélgica, el 17 de febrero, y llegó a Cartagena el sábado pasado. FOTOS CORTESÍA
    El gato de Fernando Botero ya es colombiano | El Gato salió del puerto de embarque Antwerpen, en Bélgica, el 17 de febrero, y llegó a Cartagena el sábado pasado. FOTOS CORTESÍA
Por MÓNICA QUINTERO RESTREPO | Publicado

El Gato sonríe. También tiene las orejas paradas y se sostiene sobre las patas. Mira un poco hacia abajo, como si estuviera listo, vigilante. Botero dijo que va a espantar los ratones del parque biblioteca de San Cristóbal. Y ya está cerca de hacerlo: recibe el sol de La Heroica.

Aunque lo del sol es un decir. Viene en un guacal gigante, empacado por el mismo maestro. Y es gigante, porque el gato mide, de la nariz a la cola, 3.90 metros. Y de ancho la medida es 1.50 y de alto 1.90. El peso, ni qué decir: 1.500 kilos: 1.050 que pesa El gato y 450 del guacal.

El animal tendrá que permanecer encerrado hasta que llegue a Medellín. "No se puede desempacar, es parte de las condiciones del seguro, hasta que lo recibamos aquí", explica María del Rosario Escobar , la secretaria de Cultura.

El barco en el que venía estaba llegando a Cartagena el miércoles pasado, pero mientras se acercó y estuvo en tierra, se fue hasta el sábado. "Yo personalmente hice la visita ocular", cuenta Gabriel Jaime Rico , gerente de Plaza Mayor, entidad que coordina la logística de llegada de la obra a la ciudad.

La revisaron, le hicieron unas cuantas fotos, donde se le ven los bigotes y la cabeza, pero aún encerrada y cuidada. La volvieron a dejar lista para el otro viaje: la escultura estuvo quince días en el mar. Venía desde Pietrasanta, Italia, donde la hizo Botero en uno de sus talleres, y del puerto Antwerpen, que se ubica en Bélgica, y ahora tomará carretera desde Cartagena durante unos cinco días, hasta que arribe a la biblioteca.

Colombiano
Después del barco, El gato debía pasar por nacionalización. Si se puede decir así, ya es colombiano, porque esa parte quedó lista. También, añade Rico, lo de los impuestos. "Está exonerado".

Lo que resta para que pueda venir a Medellín es lo del seguro. "No nos preocupa, porque todavía tenemos tiempo. Debe estar listo para el lunes de Semana Santa", comenta el gerente de Plaza Mayor.

Se espera que la obra esté llegando la próxima semana, para guardarla durante unos días, mientras se instala en el pedestal, que también está listo.

"Se hizo con las especificaciones técnicas y estéticas que me dijo el maestro en un correo: quería una base muy sobria, muy limpia, muy simple, de color cemento. Ya está lista. Estamos esperando el fraguado, para que tome resistencia", afirma Luis Fernando Molina , el curador.

Botero no ha dejado sola la escultura. Varias son las especificaciones que sugirió para que la obra, avaluada en un millón trescientos mil dólares, llegué perfecta.

"La recomendación -agrega Luis Fernando- que me dijo y me pide el favor, es que cuando estemos desenguacalando, que tengamos mucho cuidado en no rayar la patina (acabado final)".

Por eso Luis Fernando expresa que más que difícil o imposible, es una cuestión de ser muy cuidadosos. Que cuando la obra se monte al pedestal no tenga ningún rayón, ni ningún hundido. Que la que vea Botero el 2 de abril cuando se inaugure, sea la misma que vio en Pietrasanta antes de salir.

"No hay lugar para la improvisación -manifiesta la Secretaria de Cultura-. El maestro dejó aproximaciones y bocetos. El trabajo del curador es seguirlas estrictamente".

Se acerca el día
La donación del artista no solo era El gato. Se encargó, según dice María del Rosario, de llevarlo hasta puerto, en Cartagena. Desde ahí y hasta Medellín, corre por parte de la Alcaldía.

Las cuentas que hace Rico van por el lado de 5 millones de pesos de nacionalización, más 3 millones 600 de transporte desde Cartagena, 9 millones que costó el pedestal, 3 millones 500 que cobra el curador, y la póliza del seguro, que estiman en unos 7 millones. Total: Algo más de 28 millones.

El gato es una escultura en bronce a la cera perdida, pese a que en la placa que estará al lado de él solo vaya a decir bronce junto al nombre de Fernando Botero.

El gato sonríe. Pronto no solo será colombiano, sino de San Cristóbal. Y aunque espera pisar los ratones que dijo el maestro, quizá sirva para que los ratones de biblioteca no quieran salir de ese lugar que lleva el nombre del artista. Y ahora también. su obra.

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