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Ha sido la frase más contundente del jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle Lombana, contra las acciones bélicas de las Farc: "Vamos a La Habana para terminar el conflicto que es lo que pactamos. Y si no es así, que nos lo digan de una vez, para no hacerle perder el tiempo al Gobierno y a los colombianos". Esto, en respuesta a lo dicho por las Farc por medio de un comunicado: "Nos reservamos el derecho a capturar como prisioneros a los miembros de la fuerza pública que se han rendidos en combate" (sic).
Estos pronunciamientos se dan después de que se conociera el secuestro de los patrulleros Víctor Alfonso González Ramírez y Cristian Camilo Yate Sánchez, sucedido el pasado viernes entre los municipios de Pradera y Palmira, en el departamento del Valle del Cauca y que las Farc asumieron.
Pero ese no es el único caso y el panorama del secuestro siguió agravándose ayer en la mañana. Según la personera de Piamonte, sur del Cauca, Nurth Arelly Isairias, tres contratistas de dos empresas que trabajan con la Petrolera Gran Tierra que se dirigían a la vereda El Jardín desde la cabecera municipal de Piamonte, fueron plagiados por tres hombres, según un testigo, que se presentaron como integrantes de las Farc.
Eran, según las autoridades, dos ingenieros y un topógrafo indentificados como Luis Miguel Figueroa de la empresa MHI, César Galeano de Ceinpec y Hember García de la empresa Imas.
De confirmarse que fue esta guerrilla, es un claro incumplimiento de su anuncio del 26 de febrero de 2012, cuando afirmaron que no reincidirían en "las retenciones de personas, hombres o mujeres de la población civil, que con fines financieros efectuamos las Farc a objeto de sostener nuestra lucha".
En ese primer momento, la guerrilla renunció al secuestro extorsivo de civiles, más no al de miembros de la Fuerza Pública, como hoy arguye.
Este tema ha sido uno de los más polémicos al instalarse la mesa de negociación, después de que el jefe de las Farc, "Iván Márquez", manifestara que tras una revisión hecha por cada frente habían confirmado no tener plagiados, pese a las denuncias de diferentes organizaciones como País Libre.
Pero el 2 de diciembre del año pasado, alias "Sandra Ramírez", excompañera sentimental de alias "Tirofijo" y miembro del Bloque Oriental, confirmó al diario cubano Juventud Rebelde la tenencia de secuestrados: "Sí, nosotros tenemos prisioneros de guerra y los vamos a entregar, pero que el Estado nos devuelva a los nuestros que están allí, en las prisiones".
Sin embargo, ayer ante ese calificativo de "prisioneros de guerra", Humberto de la Calle, fue directo: "A las cosas hay que llamarlas como son. Los soldados y policías no son prisioneros de guerra, son secuestrados".
Por su parte, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, condenó el hecho, asegurando que no se puede "justificar un secuestro de ninguna manera", recordando que "hace unos años el Alto Comisionado de Naciones Unidas señalaba con total claridad que cualquier retención de un miembro de la Fuerza Pública o de cualquier colombiano es un vil secuestro".
Con el primer palo en la rueda que se le atraviesa al proceso de paz, y que lleva al Gobierno ha hablar de "no perder el tiempo", también vino la confirmación de Humberto de la Calle de que "la orden del Gobierno a las Fuerzas Militares es seguir persiguiendo a las Farc en todo territorio nacional. La orden a esta comisión es seguir trabajando por un acuerdo para terminar el conflicto. No nos vamos a dejar desviar de ese objetivo".
¿Prisioneros de guerra?
Según el Convenio de Ginebra de 1929 "el estatuto del prisionero de guerra sólo se aplica en conflictos armados internacionales", por lo que esta figura no es aplicable a un conflicto armado interno, como el colombiano.
Esta es una infracción al Derecho Internacional Humanitario (DIH), que rige los conflictos, y va en contravía de lo dicho por el Estado Mayor de las Farc por medio de un comunicado el 29 de noviembre pasado, donde decían que se acogerían a este.
Intercambio humanitario
Desde los tiempos de San Vicente del Caguán, cuando las Farc, después de diferentes tomas a pueblos en el sur del país, plagiaron a más de 500 policías y militares, se habla de un intercambio humanitario. En la década pasada, incluso, hubo una lista de "70 canjeables".
El "proyecto", según "Sandra Ramírez", está vigente: lo "mantenemos (el canje) porque es lo que nos permitiría buscar, precisamente, cómo logramos que los compañeros que se están pudriendo en las cárceles del país, regresen", dijo al diario cubano el 2 de diciembre.
Ante esta posible propuesta de las Farc, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, indicó que "no tiene sentido que otra vez le mientan al país, traten de armar una tramoya creando la idea de que pueden pensar en canjes y beneficios de alguna especie".
Negociación en el conflicto
Para el analista del conflicto Carlos Arturo Velandia Jagua los secuestros hacen parte de "los riesgos de negociar en medio del conflicto. Además, esto no es nuevo, cuando hicieron el anuncio de dejar el secuestro por razones económicas quedaba la posibilidad de las retenciones de militares en combate. Por eso hay que buscar un acuerdo de cese el fuego".
Por su parte, el analista militar John Marulanda afirmó que el secuestro de ayer en límites entre Cauca y Putumayo "empeora las cosas" porque los plagiados son civiles. "Las Farc entienden que secuestrar a un militar o a un policía es tomar a un prisionero porque estamos en un conflicto. Esto es un paso en falso que dan ante la comunidad internacional. Creen que presionan al Gobierno y no es así", dijo Marulanda.
Los analistas coincidieron en que esta arremetida de plagios por parte de las Farc no afectará el proceso de paz, en primera instancia, y argumentaron que las partes saben que se negocia en medio del fuego cruzado y que los diálogos apenas están comenzando.