De manera improvisada, los habitantes de una calle en el b arrio Santo Domingo de Medellín han creado un parque acuático. Piscina inflable, un plástico que recubre la calle empinada y jabón fue todo lo que necesitaron para sacarle provecho al día soleado.
A cientos de kilómetros de Santo Domingo, en la ciudad de Caracas, existe el barrio marginal más alto del mundo: Torre David, un rascacielos abandonado a medio construir que fue ocupado por decenas de familias de escasos recursos.
Ambas historias están incluidas entre los videos que comparten los usuarios de una nueva comunidad que busca dibujar el perfil de las ciudades a partir de las emociones.
La historia de Medellín refleja alegría y la de Caracas miedo. Ocho emociones se cruzan con ocho temas fundamentales para cualquier ciudad en un mosaico que reúne historias, iniciativas, intervenciones urbanas.
Así, el estilo de vida puede estar presentado desde la sorpresa y el trabajo, desde el relax o la pasión.
"Todo lo que queremos es que la gente comparta lo que la emociona de la ciudad", dice
Tomás Guido, uno de los creadores de Ciudades Emocionales.
La ventaja adicional es que de este modo se hacen visibles proyectos que parten desde colectivos de personas que con pequeñas acciones transforman y mejoran sus ciudades.
Como los artistas que en Sao Pablo convocaron en una plaza a los recicladores que gestionan el 70 por ciento de la basura de esa metropoli para pintarles y arreglarles sus carros.
"Alguien en Medellín podría ver eso y hacer lo mismo, dignificarles su trabajo", expresa Tomás.
Ciudades Emocionales se lanzó a principios de 2013. Aunque cualquier persona puede compartir videos de cualquier ciudad, solo Barcelona, Sao Pablo, Recife y Madrid tienen construido su perfil emocional. La meta es convocar a que ciudades como Medellín se unan a esta plataforma que sirve como un puente de comunicación tan efectivo con los ciudadanos que, según Tomás Guido, en poco tiempo todas las capitales latinoamericanas desearán tener el mapa de sus emociones.