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En 1969, en Jamaica, nacería un niño llamado Christopher Coke y hoy, 41 años después, es el terror de los organismos de seguridad de la isla.
De un barrio pobre de la capital, Kingston, surgió una mente siniestra que poco a poco y gracias al poder y al dinero que fue acumulando compró el pueblo y se camufló bajo un falso disfraz de Robin Hood.
Este capo del narcotráfico, según los organismos internacionales de seguridad, dirige un poderoso cartel que controla operaciones criminales no sólo en Jamaica sino en todo el Caribe, Estados Unidos e Inglaterra.
Sin embargo, Christopher se hizo pasar por un buen samaritano para encubrir su accionar delictivo. Le paga la escuela a los niños más pobres de la isla, les da alimentos y media en los conflictos entre pandillas.
Pero el popular "Dudus", como se le conoce por su alias, generó una ola de violencia en Jamaica nunca antes vista y en los últimos cuatro días han muerto más de 40 personas.
En diálogo con EL COLOMBIANO, Soraya Bryan, portavoz del Ministerio de Seguridad Nacional de la isla, dijo que la situación era difícil y explicó que la violencia surgió producto de la orden de captura internacional que hay en contra del capo y la cual pretende su extradición a los Estados Unidos.
"La Policía está dispuesta por todos los medios a lograr su captura y extraditarlo, pero este delincuente se escuda en la población para evitarlo", indicó.
El baño de sangre comenzó el pasado domingo cuando cientos de policías ingresaron a la zona de Tivoli, en Kingston, donde presuntamente se esconde el narcotraficante.
Las muertes se han dado de manera confusa, aunque el primer ministro, Bruce Golding, aseguró que investigará por qué han caído tantos civiles.
De otro lado, el portavoz de la Policía local, Richard Minott, le dijo a este diario que es mentira que la cifra de muertos alcanzara los 60 como lo han dicho varios medios internacionales.
"Sí hay bajas, pero no son tantas como se ve afuera. Estamos intentando capturar a uno de los hombres más buscados del mundo y eso tiene un costo", aseguró.
El oficial indicó que "se han detenido a más de 500 personas relacionadas con Christopher Coke y estamos comprometidos con su captura. Respetamos a los civiles que respetan nuestra labor".
Según la DEA, Coke enfrenta cargos que lo llevarían a pagar cadena perpetua de ser condenado.
No obstante, no fue sino hasta hace una semana cuando el Gobierno jamaiquino accedió a capturarlo después de la presión ejercida por Estados Unidos y el Reino Unido.
Este hecho, según la prensa estadounidense, se debe a que el capo tiene vínculos con el gubernamental Partido Laborista, lo que explica que se haya evitado durante meses hacer frente a la petición de extradición.
Aunque Soraya Bryan negó enfáticamente esta situación y dijo que "siempre hemos estado tras los pasos de Coke. Lo que se hizo fue intensificar su búsqueda y añadir más hombres al propósito".
Ayer las cosas en Jamaica eran un poco más tranquilas, aunque la Policía no baja la guardia con un hombre acusado de participar en cientos de asesinatos, enriquecerse con el tráfico ilegal de drogas y armas e intentar sobornar a funcionarios gubernamentales. Hoy Christopher Coke no sólo está en la mira de las autoridades sino en la de la prensa internacional.