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Al comienzo de su mandato el presidente Santos fue recibido por una Niña, y de acuerdo con las últimas predicciones, el final del mismo será despedido por un Niño.
De acuerdo al Instituto IRI (International Research Institute for Climate and Society - Universidad de Columbia) la probabilidad de tener Fenómeno El Niño para el segundo semestre de este año es del 63%. En 15 días pasamos del 53 al 63 puntos porcentuales. Esto quiere decir que se sigue confirmando su presencia.
El Niño se da por el rompimiento de la relación entre atmósfera y océano en el Pacífico tropical, que modifica el tiempo y el clima alrededor de todo el planeta, cuando las aguas del océano Pacífico se calientan durante varios meses continuos (aproximadamente 5) y cuando este calentamiento es superior o igual a los 0,5 centígrados más de la temperatura promedio del océano.
La Niña es el fenómeno opuesto, es decir, se caracteriza por el enfriamiento de las aguas por debajo o igual a los 0,5 centígrados de su temperatura normal.
En Colombia las consecuencias de un Niño están asociadas a sequías, y La Niña con inundaciones.
Vale la pena aclarar que el calentamiento actual de las aguas superficiales del océano no inhibe la llegada de la temporada de lluvias para este esquivo y caluroso mes de abril. Poco a poco, a pesar de su atraso, las precipitaciones están entrando, y así seguirán en su proceso de maduración.
Del homenaje hecho por El Espectador a García Márquez, quien alguna vez escribió para ese periódico “Frases de la Vida”, extraje el siguiente párrafo: “Para referirse a alguien muy atolondrado: “Es de las que confunden el culo con las temporadas”.
Durante muchos años lo oí decir, y nunca tuve el cuidado de averiguar qué eran las temporadas, hasta hace muy poco, cuando una necesidad del oficio me obligó a preguntárselo al diccionario, y este me contestó: “Tiempo de ayuno que prescribe la Iglesia en las cuatro estaciones”.
La absoluta falta de relación entre los dos términos del refrán me hizo apreciarlo más de lo que ya lo apreciaba desde niño. Pues bien, esta frase de Gabo se ajusta perfecto a la aclaración: esta temporada de lluvias, que ya la Iglesia le hizo su ayuno, está muy atrasada.
No se sabe la intensidad de este nuevo Niño pues hasta ahora las aguas se están calentando. Tendremos que esperar a que su tendencia se mantenga en los próximos meses para asegurar su maduración y presencia.
Los impactos de El Niño dependen de qué tanto estemos poniendo en práctica las lecciones aprendidas de otros años.
Mientras tanto debemos aprovechar muy bien las lluvias que hasta ahora se asoman, y así prevenir sus efectos.
Señor campesino, empresario, alcalde o ministro: no espere a que le notifiquen la presencia de este peligro en la puerta de su casa. ¡Prepárese! Diseñe su Plan de Prevención. No lo deje para mañana. Su dinero y la vida también vale. Ya vamos en 63.