En materia de infraestructura vial, Antioquia entrará en el Siglo XXI con unos 20 años de retraso, pues de tal lapso es el rezago que arrastramos, pero lo hará con unas autopistas que están a la altura del reto que nos han impuesto nuestras montañas y por las cuales pasará buena parte de la producción del país.
Las inicialmente concebidas como Autopistas de la Montaña se transformaron en Autopistas de la Prosperidad una vez se le demostró al país que nuestro departamento no será el único beneficiado, dado que estas carreteras acortarán distancias entre los principales centros de producción y los puertos, pasando por Antioquia.
Se trata del proyecto más ambicioso en materia vial en la historia del país, "pensadas en grande", como lo destacó el presidente
Juan Manuel Santos en el encuentro realizado en Santa Fe de Antioquia con líderes empresariales y autoridades nacionales, departamentales, municipales y locales, organizado por la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia.
Además de ser un viejo y encarecido anhelo de los antioqueños, tales autopistas se han convertido en el principal pulso entre el Presidente y algunos dirigentes de la región, e incluso con enemigos del proyecto en otros departamentos del país que, por razones políticas unos, y por rivalidades regionales otros, ponen en duda su realización y siguen controvirtiendo aún los beneficios que podría traer para mejorar la competitividad de nuestra economía y la conectividad que necesitamos para sacar ventajas de su globalización.
Como una constatación de la decisión del Gobierno Nacional de ejecutar el proyecto, cuyos recursos están garantizados con documento Conpes, en las dos últimas semanas fueron adjudicadas las primeras concesiones de los tres tramos hacia el Pacífico, que una vez entren en operación permitirán reducir hasta en una tercera parte el tiempo de viaje y los costos del transporte entre Medellín y el puerto de Buenaventura, pues disminuirán hasta en siete horas el recorrido.
El costo total del proyecto fue estimado inicialmente en 5.6 billones de pesos, antes de que se hicieran los diseños definitivos en los cuales fueron adicionados túneles y viaductos para agilizar los trayectos y reducir curvas y pendientes. Actualmente contempla inversiones por más de 14 billones de pesos en la intervención de 1.300 kilómetros de vías de muy buenas especificaciones, si bien algunas de ellas como la vía a Urabá y al Magdalena Medio solo tendrán doble calzada en una segunda fase. Y este es uno de los mayores cuestionamientos que se le hacen al proyecto, dada la importancia que representa para Antioquia la vía al Mar, por la conexión con un futuro puerto en Urabá.
Otras concesiones tendrán un retraso en su adjudicación, pues serán revisadas para hacer más atractivas las licitaciones y motivar a un mayor número de proponentes y la intención gubernamental es poder culminar todo el proceso con la entrega en concesión de los ocho tramos de las autopistas en el primer trimestre de 2015. Incluyendo la construcción de la variante del Toyo, en la vía a Urabá.
Para los dirigentes antioqueños que se congregaron el pasado fin de semana en Santa Fe de Antioquia, donde nace la vía al Mar, esta será también, sin dudas, una realidad y no solo traerá beneficios económicos, sino también sociales de honda significación para toda la región.
Antioquia cree en ese futuro promisorio que augura esta obra y de ahí nace el interés de su clase dirigente por respaldarlo, con la necesaria veeduría para que su cabal ejecución se ajuste a la promesa estatal.
Contraposición EN CUATRO AÑOS NO SE HA HECHO NI UN SOLO CENTÍMETRO DE DOBLE CALZADA
Por ALFREDO RAMOS MAYA
Senador de la República por el Partido Centro Democrático
Queremos saber exactamente cuál fue el criterio jurídico para quitarle este proyecto a ISA en el año 2011. Originalmente con ISA iba a ser una sola concesión, donde se equilibraban unos tramos con otros y posteriormente se dividió en ocho, lo que encareció los costos. Con ISA valía 5 billones, obviamente costos a mano alzada, pero uno no entiende por qué posteriormente se da un salto tan grande.
Surgen otros temas muy preocupantes en torno a su ejecución, por ejemplo, el atraso en las adjudicaciones, pues se dijo que en 2013 se iban a tener entregadas todas las licitaciones. Después dijeron que cinco concesiones iban a estar en marzo y tres en mayo, y a la fecha (en julio) solo han entregado tres. Y ya están hablando del primer trimestre del año entrante para la entrega de todas las licitaciones. A las primeras licitaciones se presentaron pocos proponentes después de anunciar que había muchas firmas interesadas. Algo raro está pasando. Y no sabemos cuándo van a comenzar las obras, pues para hacerlas hay que comprar predios, sacar licencias ambientales y hacer consultas con las comunidades.
Con el proyecto de Autopistas todos tenemos una gran esperanza, todos lo apoyamos, pero para una obra que supuestamente debió haber arrancado en 2011, aún no tenemos fecha de comienzo y tampoco de entrega y en estos cuatro años del Gobierno de Santos no se ha hecho ni un solo centímetro de doble calzada.