En una noche sin mayores sorpresas, en la que la sobriedad reinó en el escenario del Teatro Kodak, de Los Ángeles, El discurso del rey y El origen compartieron el mismo número de premios, pero la cinta británica obtuvo los de mayor renombre.
A lo largo de la velada, la historia del rey Jorge VI vio como se le fueron escapando los premios a los que estaba nominada (12 en total), que la hicieron llegar como la gran favorita de esta ceremonia, la número 83 de los Premios Oscar.
Perdió en Mejor dirección artística, con Alicia en el país de las Maravillas. Luego Melissa Leo le arrebató la estatuilla a Helena Bonham Carter como Mejor actriz de reparto y dejó escapar una grosería que la edición de televisión censuró. Y Christian Bale se quedó con una muy merecida estatuilla como Mejor actor de reparto. Mejor música original fue para La red social.
Tampoco ganó en diseño de vestuario (Alicia en el país de las maravillas), ni en Mejor cinematografía, que ganó El origen, que repitió en Mejor edición de efectos de sonido y Mejor sonido. En esta última categoría también perdió El discurso del rey.
Para la mitad de la entrega, de la docena de nominaciones, la película sobre el monarca tartamudo solo se había hecho con Mejor guión adaptado y había visto pasar seis galardones.
La Academia le dio el Oscar a Mejor edición a La red social, séptimo premio que se le escapó a la cinta del británico Tom Hooper que, sin embargo, resultó ser el Mejor director, pese a su corto recorrido en el mundo del séptimo arte. Y ahí empezó el repunte.
En su segunda nominación al Oscar, Natalie Portman se quedó con el preciado reconocimiento como Mejor actriz por su interpretación de una bailarina acosada en El cisne negro (la primera había sido por su papel en Closer). Las apuestas acertaron y Colin Firth recibió el reconocimiento como Mejor actor, aunque hay quien opina que es para igualar la balanza, pues su actuación en A single man fue sorprendente. En todo caso, representó la tercera estatuilla dorada para El discurso del rey.
Finalmente, el premio a Mejor película, presentado por Steven Spielberg, se lo llevó la cinta rodada en Inglaterra, con lo que coronó una noche en la que sobraron los aplausos y los homenajes, pero a la que le faltó la emoción que le han puesto los ganadores en otras ediciones.