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Cada punto que anotaba Ingrid Valencia era aplaudido como si fuera un gol en una final. Lástima, porque ese partido se perdió por goleada.
Anoche, en un abarrotado coliseo de Sabaneta, peleó la segunda mujer de Colombia en el naciente torneo de boxeo de los Juegos Suramericanos de Medellín. Y como pasó con su compatriota, salió con el brazo abajo y viendo a su rival como vencedora.
Ayer fue Ingrid, la vallecaucana de los 51 kilogramos, que subió al cuadrilátero para enfrentar a Paola Benavides, una argentina con más cara de boxeadora profesional, y que fue la que se quedó con la victoria.
Al principio, Ingrid, tímida, que apenas miraba al público, trató de mostrar su velocidad en los golpes, pero fue contrarrestada con los fuertes golpes de la gaucha, que le llevaba unos siete centímetros y algunos músculos mejor formados.
Valencia trataba de reaccionar, pero el pleito, desde el primer minuto, mostraba una victoria clara de la argentina, que solo se encargó de seguir con cuatro asaltos de trabajo, para dejar los cartones en un marcador final de 27-6. Fue la segunda derrota para las colombianas, pues Jennifer Cáceres, la tolimense de los 60 kilos, fue superada por RSC (réferi suspende combate) en el tercer asalto por la brasileña Adriana Araujo.
Los hombres colombianos sí mostraron fuerza, y los dos favoritos al oro, el antioqueños Céiber Ávila (19-2) y el cordobés Óscar Negrete (9-1) , ganaron sus pleitos. Colombia llegará a las finales con 10 púgiles.
Para las mujeres colombianas, que salvaron a última hora el tibio torneo femenino, quedó el aplauso de un coliseo lleno, que vibró con cada punto, así fueran contaditos.