El mal uso sobre las armas de fuego, principalmente en entornos urbanos,
dejó durante 2013 un total de 95 víctimas de balas perdidas, según reveló un informe del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac).
En el informe se calificó a este flagelo como
el tipo de violencia más injusta del país, ya que “su carácter es puramente aleatorio, afectando de manera desproporcionada a los más inocentes. Su mal uso continúa generando sustanciales daños”.
De los 95 casos de balas perdidas en el país,
el 34 por ciento, es decir 32 casos, han sido victimas letales de los proyectiles lanzados de manera irresponsable; mientras que el 66 por ciento de ellos, o sea 63 hechos, han resultado víctimas no letales.
El informe, que recoge un estudio basado en cifras reportadas por los medios de comunicación, las organizaciones sociales, las propias víctimas y la información de la Policía Nacional, señala que
entre enero de 1990 y noviembre de 2013 se han registrado 2 mil 969 víctimas de balas perdidas en Colombia.
Según el documento presentado por la Cerac, del total de los casos registrados durante los últimos 23 años, el 27,5 por ciento, es decir 818 casos, recibieron heridas letales y el 72,4 por ciento, o sea 2 mil 148 personas, fueron víctimas de heridas no letales.
Cerac afirma que
este fenómeno podría estar ligado a la violencia organizada, pues de acuerdo al historial de casos, la mayoría de las víctimas se relaciona con grupos de crimen organizado.
Así las cosas,
se destacan los enfrentamientos entre pandillas por control de territorio, venganzas, extorsiones o el sicariato. “Diferentes estudios realizados en otros países atribuyen normalmente este tipo de victimización a disparos al aire hechos con motivo de celebración, sin embargo esto se contradice en el caso colombiano, en el cual para 2013, el registro de víctimas ocasionadas por disparos al aire, representa el 8 por ciento del total”, dice el informe.
“Cabe anotar que las fuentes no suelen reportar el contexto de la agresión y, por lo tanto, el 24 por ciento, es decir 23 de los casos registrados durante este año, carecen de esta información”, puntualizó el reporte.
Así mismo, el Cerac resalta
la falta de investigación por parte de las autoridades competentes y la falta de reconocimiento de la identidad de los victimarios.
Los departamentos que registraron más casos de personas víctimas de las balas perdidas
fueron Caldas y Bogotá, con tasas de 0,5 víctimas por cada 100 mil habitantes frente a Nariño, Cauca, Cesar, Sucre y Córdoba con tasas de 0,1.
El documento explica que los municipios donde más de registraron casos fueron San Luis, Antioquia, el cual registró una tasa de nueve víctimas por cada 100 mil habitantes; el Toro, Valle del Cauca, que tuvo seis víctimas por cada 100 mil habitantes; y San Martín, Meta, con cinco víctimas por cada 100 mil habitantes.