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“Esa platica se perdió”. Así de fuerte y claro fue el lamento que, en voz alta, dejó escapar una de las 60 víctimas de Solución Maestra, que el pasado 19 de mayo se dieron cita en el Salón Palma Azul del Hotel San Fernando Plaza, de Medellín. Otro encartado con las libranzas-pagarés que le compró a la firma gerenciada por Rafael Mario Villa Moreno fue más temerario, pues afirmó, también en voz alta, que esta es una estafa en la que se había calculado todo, desde el dinero que recibirían del público, la plata que devolverían, los años de cárcel que pagarían y la gruesa suma que les quedaría pulpita al recobrar la libertad.
Pero, ¿por qué tanto pesimismo frente al dinero que las víctimas esperan que les devuelva Villa Moreno, expresidente de Noel, exasesor estratégico de Empresas Públicas de Medellín, excandidato a la Alcaldía de Medellín y exgerente de la campaña presidencial de Noemí Sanín Posada?
Las respuestas las da José Luis Giraldo Pineda, apoderado de 120 inversionistas, la mayoría de Medellín, quien durante su presentación se refirió a los presuntos delitos de estafa y captación ilegal de dinero en que habría incurrido Solución Maestra. Parte de sus pruebas reposan en las mismas actas de Junta Directiva de la sociedad, en las que consta que tanto la administración como los dueños sabían que eran débiles en capital, carecían de logística y personal para crecer al ritmo que lo hacían sus negocios y ofrecieron libranzas de menor calidad a las personas naturales, mientras que las más seguras eran negociadas con intermediarios financieros.
Villa Moreno, sus socios y vendedores, aseguraban que la plata de los clientes estaba segura. Primero, porque Solución Maestra compraba las libranzas con su propio dinero; segundo, porque trabajaba con cooperativas sólidas; y, tercero, porque se contaba con un doble afianzamiento: el nacional, con Afiancol, y el internacional, con AAUG. Hoy, según Giraldo Pineda, la realidad es que sus clientes no han recuperado ni el 12 por ciento de sus capitales, algunos ni han recibido las libranzas que pagaron y nadie responde por las libranzas que están siniestradas.
Dr. Giraldo, ¿es usted tan pesimista como su cliente, que dice que en Solución Maestra “esa platica se perdió”?
“En lo que tiene que ver con las cooperativas que maneja Rafael Mario Villa está perdida la mayoría de la plata. En las que maneja Justo Rueda hay una posibilidad, porque él tiene el dinero, y para reparar a las víctimas depronto le toca pagar 1.000 o 1.200 millones de pesos, a fin de bajar la pena que le ponga la justicia. En lo que tiene que ver con Coplideramos, hay un 20 o 30 por ciento que se puede recuperar, en la plata que tienen Mónica y Enrique Angarita (1.240 millones de pesos). En las de la Costa, la plata no está perdida del todo, pero sí estará retardada su recuperación. Resumiendo: de unos 6.000 o 7.000 millones de pesos, el 60 por ciento sí está perdido”.
Al comienzo se había dicho que podía ser más.
“Lo que pasa es que en este momento hablamos de las libranzas que se encuentran vencidas y cada mes puede ir subiendo el monto en 400, 500 o 600 millones de pesos. Las libranzas pueden tener un período de vida de 12 a 48 meses. Trabajemoslas en promedio a 24 meses, súbale 400 o 500 millones de pesos cada mes durante 10 o 18 meses más y ahí puede tener una cifra superior a los 10.000 millones de pesos”.
Uno de los asistentes a la reunión dijo que esta era una estafa calculada. ¿Usted comparte esa percepción?
“Yo comparto la percepción parcialmente, en el sentido de que Solución Maestra sabía que había un riesgo. Lo que pasa es que usted lo tira en excel y dice, aquí me gano 10 y pierdo 7, pero de pronto no los estoy perdiendo y me gano 3, pero en el largo plazo se convierte, no en una pirámide, sino en un “roll over”, o carrusel, pues usted va a durar más tiempo porque la pérdida es pequeñita y las tasas de interés son normales, El “roll over” puede durar tres o cuatro años, como ellos. Lo que sí es cierto es que en los documentos que yo tengo, está que había el riesgo y que adicionalmente no hicieron nada por evitarlo. Ellos se confiaron en que con la plata que se ganaban en los clientes institucionales, podían cubrir a los clientes normales, pero el cálculo les falló”.
Usted leyó actas de Solución Maestra en las que se aprecian desde debilidades en el capital hasta libranzas buenas que se vendían al sector financiero, mientras que las que no cumplían los requisitos de calidad se ofrecían a las personas naturales. ¿Todo eso no termina configurando un delito?
“Claro, ahí hay dos delitos que son fáciles de probar: la captación ilegal de dinero y la estafa, en la que lo importante es el engaño. ¿Aquí cuál era el engaño? Que a usted le vendían un producto con una fachada y con la garantía de que era cero riesgo, lo cual no era verdad; que tenían un estudio de crédito estricto y con un grupo de personas especializadas, lo cual queda comprobado que tampoco era verdad, y tercero, que ellos estaban haciendo supuestamente una tarea superbuena, en el sentido de que ellos tenían una plata con la que compraban las libranzas, pero ya nos estamos dando cuenta de que la plata no la tenían y vendían libranzas pero con la plata de los mismos clientes las compraban posteriormente.
Me explico: yo consignaba 100 millones de pesos y me tenían que entregar libranzas de una fecha anterior a mi consignación, pero me las estaban entregando con fecha posterior. Inclusive, hay personas que entregaron plata y nos les han entregado libranzas. ¿Dónde están esas libranzas? No las tenían y ese dinero de los clientes se les acabó haciéndoles pagos a otras personas. Entonces, jineteaban con la plata y eso no se puede hacer”.
Si eso está tan claro, ¿por qué la Supersociedades no ha intervenido o no ha tipificado el delito de captación masiva e ilegal de dinero en Solución Maestra?
“Porque la Supersociedades tiene un rasero que lo mide por lo que dice la ley de captación, como tal, que es distinta a la que dice el Código Penal. En la que usa la Super tenemos inconvenientes, porque las condiciones son: un período de tiempo, un número de personas y un capital. Si yo no hago 50 operaciones, con más de 21 clientes y durante 3 meses, no tengo captación. Y si no lo hago con la mitad de mis activos, no hay captación. Puedo hacer 49 operaciones, con 19 clientes y por el 49 por ciento de mi capital en esos tres meses. Ese es el inconveniente que hemos tenido en estos momentos”.
¿Y en el caso penal cómo obra la figura?
“La captación queda determinada porque él (Villa Moreno) está recogiendo el dinero, tiene toda la plata y hay más de 21 clientes y más de 50 operaciones”.
¿Qué sigue, entonces? Ya hay una denuncia penal que presentó el abogado Michell Pineda Ramírez contra Rafael Mario Villa, en enero de 2014, por los presuntos delitos de estafa y abuso de confianza. ¿Usted también lo denunciará penalmente?
“Las denuncias penales ya venían presentadas en la Fiscalía desde una empresa que ellos tenían con anterioridad, llamada Integración Financiera y a ese radicado le añadieron todo lo que tiene que ver con Solución Maestra, incluyendo las denuncias penales que se hubieran presentado en Bogotá o en Medellín por cualquier abogado distinto. Yo voy a llevar a ese proceso los poderes que me han dado las víctimas. Es una acumulación en un mismo proceso”.
¿En esa instancia penal qué les espera a Villa Moreno, sus socios y la Junta?
“Ellos tienen que buscar la manera de rebajar la pena, colaborando, reparando y para ello tendrían que pagar dinero a las víctimas. Si no lo hacen, los esperan unas condenas por estafa y captación ilegal, que pueden estar entre 8, 10 y 12 años, dependiendo de cómo el fiscal califique la actuación de cada uno de ellos”.
Usted habló recientemente con Villa Moreno. ¿En qué actitud lo encontró?
“El pasado 15 de mayo estuvimos reunidos en Bogotá. Lo que le he dicho es: mire a ver cómo le paga a la gente, bien sea a través de las fianzas, a través de Afiancol o a través del patrimonio, si lo tiene, en Solución Maestra, o en el personal”.
¿Quién les debe responder a las víctimas: Rafael Mario Villa, Afiancol o AAUG?
“Yo creo que son los tres. Nosotros tenemos una póliza que está firmada y nos entregaron. Hay que ver que esa póliza se haga efectiva y cumpla con todos los requisitos de reclamación. Yo creo que en todas partes hay dineros que podemos recuperar”.
Pero las condiciones que Afiancol dice que se deben cumplir para pagar los siniestros se vuelven un proceso kafkiano para un ciudadano común y corriente.
“En las pólizas hay unos beneficiarios y son los clientes. Ellos deben hacer la reclamación y debemos iniciar lo más pronto posible un tribunal de arbitramento, pero cuando tengamos las libranzas, para que un árbitro defina qué pasa con las libranzas y el pago de las mismas”.
¿Qué tanto capital han recuperado sus 120 clientes?
“Apenas el 10 o 12 por ciento del capital y en este momento están pagando muy poco, muy poco”.