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En una escala de uno a tres, siendo tres una economía del conocimiento, Colombia se ubicaría en el puesto dos. Esto significa que si bien el aparato productivo del país ha hecho ciertos avances, todavía hay mucho camino por recorrer para dar ese salto en el desarrollo que nos lleve a las grandes ligas, donde están países como Corea, Japón o Estados Unidos.
En el 2006 se aprobó la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación con el objetivo de convertir el conocimiento y la investigación en un apoyo para generar valor agregado y crear industrias y empresas de base tecnológica.
"Un avance importante hacia ese objetivo fue la decisión de que el 1o por ciento del Sistema General de Regalías sea para inyectárselos a la ciencia y la tecnología, porque eso nos va a permitir avanzar más rápidamente en la meta que había trazado la Comisión de Sabios, de que debíamos estar en el uno por ciento del Producto Interno Bruto dedicado a este tema", señala el director de Colciencias, Jaime Restrepo Cuartas.
De acuerdo con el Observatorio Colombiano para la Ciencia y la Tecnología (CTeI), el país invirtió el equivalente al 0,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en esta actividad y el equivalente al 0,19 por ciento del PIB en Investigación y Desarrollo (I&D).
Estos recursos son irrisorios, si se compara con la inversión realizada por Corea (3,36 por ciento del PIB) y Portugal (1,66 por ciento del PIB), países líderes en el tema, o incluso con países latinoamericanos como Brasil, que destina el 1,23 por ciento de su PIB a I&D y México, que con un 0,37 por ciento del PIB sigue doblando la inversión realizada en Colombia.
Según el informe del Consejo Privado de Competitividad, los recursos provenientes de las regalías (aproximadamente un billón de pesos al año) que se invertirán en el sector triplicarán la inversión pública en investigación y desarrollo, pero es importante continuar haciendo esfuerzos para que esta inversión supere 0,5 por ciento del PIB y alcance en el mediano plazo el 1,0 por ciento del PIB anualmente.
"A nivel internacional, según el más reciente Anuario de Competitividad Mundial del Institute for Management Development (IMD), en 2009 Colombia ocupó el puesto 55 entre 57 países en inversión total en I&D y al compararlo con países de referencia, se ubica en el último lugar", explica Álvaro José Moreno , investigador asociado del Consejo Privado de Competitividad.
El Foro Económico Mundial, que ubicó a Colombia en el puesto 68 en su Índice de Competitividad Mundial, señala que una economía puede estar en tres etapas del desarrollo: la más temprana es aquella que compite con sus recursos naturales y su mano de obra barata; la segunda es aquella que compite con la eficiencia con la que utiliza sus factores (es aqui donde se encuentra Colombia) y la tercera, la más avanzada, es la denominada economía del conocimiento, en la que la competitividad está dada por la capacidad de las empresas de crear productos innovadores. ¿Y qué le hace falta a Colombia para dar ese salto en el desarrollo y convertirse una economía del conocimiento? El Consejo Privado de Competitividad señala que la forma más rápida de hacerlo es a través de un cambio estructural basado en el mejoramiento de la tecnología. En otras palabras, tanto el sector público como el privado deben ponerse las pilas en sus esfuerzos por impulsar las actividades en ciencia y tecnología.
Capital humano
Uno de los indicadores que se analizan al señalar el grado de desarrollo en ciencia y tecnología de un país es el número de personas con doctorado y grupos de investigación.
"Para este año vamos a enviar 865 candidatos a estudios doctorales (fueron 560 en 2011), en convenio con Colfuturo e Icetex, para acelerar la meta de 1.000 candidatos a doctorado durante este Gobierno", cuenta Restrepo.
Esto demuestra el rezago de Colombia frente a otros países como Brasil, México y Chile, que otorgan anualmente, 12.000, 3.500 y 1.200 títulos de doctorado al año, en este ordenn