viernes
7 y 9
7 y 9
Desde la mal llamada misión de sabios del gobierno Gaviria que sugirió un mínimo para inversión en ciencia, en vez de crecer los recursos han disminuido tanto que piensa uno si no será cierta la frase popular de que para los gobiernos es mejor que la gente sea bruta.
Es difícil explicar por qué desde entonces todos los gobiernos dicen al iniciar o en cualquier momento que la ciencia es la base del desarrollo, pero no lo respaldan con hechos y el tema ni los toca.
Con la reforma a las regalías se cree haber tapado el faltante, pero se hizo un mal peor por varias razones.
Uno, la politización de la manera de distribuir los recursos al tener los gobernantes alta participación en las decisiones, aparte de poner a negociar a las universidades con gobernadores y alcaldes para terminar¿ mendigando recursos, como dice el experto Jorge Iván González. Un papel indignante.
Los gobernantes tienen más visión del cemento y el clientelismo que del pensamiento y la ciencia pierde. Incluso muchos no apoyan en sus programas la actividad científica, solo buscan el dinero por X o Y razón.
Segundo: la centralización hace engorrosos los trámites, al punto de que como dijera ayer el rector de la de Antioquia, Alberto Uribe, hay 1,9 billones de pesos atrancados.
Tercero: los dineros de regalías, que por cuantiosos deberían servir para grandes proyectos, quedan fragmentados en toda clase de iniciativas inconexas.
Las regalías no son la panacea. El exrector de la Nacional, Moisés Wasserman, ha sido claro: no son ni la quinta parte de lo propuesto por los sabios.
Para ajustar, a Colciencias le rebajan los recursos o, tras el escándalo por la salida de su directora, se le mantendrán o aumentarán un poco para dar sensación de "crecimiento".
Requeriría al menos 700.000 millones de pesos para financiar proyectos. No son nada, pero no se le darán.
Hay algo en la genética de los funcionarios que les impide dar el gran paso hacia el desarrollo, o una preferencia politiquera por partir la torta con otros.
Se acuerda un TLC con Corea del Sur, potencia gracias a la alta inversión en ciencia y tecnología, se le pone de ejemplo pero se hace lo contrario a esa potencia asiática.
García Márquez, miembro de aquella misión, no debe estar revolcándose en su tumba. No. En vida le tocó el desprecio de los gobernantes por la ciencia, que en últimas es el desprecio por el máximo nivel educativo. Brutos mejor.