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HISTÓRICO
Escribir es lo que expone a Franzen
  • Escribir es lo que expone a Franzen | Juan Fernando Cano | Jonathan Franzen fue el sexto escritor de la historia en ser portada de la revista Time. Libertad , considerada por algunos como la primera gran obra norteamericana del siglo XXI, es su cuarta novela.
    Escribir es lo que expone a Franzen | Juan Fernando Cano | Jonathan Franzen fue el sexto escritor de la historia en ser portada de la revista Time. Libertad , considerada por algunos como la primera gran obra norteamericana del siglo XXI, es su cuarta novela.
Mónica Quintero Restrepo | Publicado

Jonathan Franzen quiere escribir para un lector que se interesa por "las cosas que tardan días y no minutos". Por eso no le preocupa que su nueva novela Libertad tenga tantas páginas. Él no puede impedir, dice, que sean así. Le alegra que puedan durar más tiempo con el lector. Que se queden días.

El autor dio una rueda de prensa que, según señaló, era la primera que ofrecía. Se sentía como dando una primicia, revelando algo, sabiendo que "sólo soy un escritor". Y se rió, como se rió e hizo reír varias veces. Después habló sobre su libro y su relación con la vida.

Así también lo hizo en la noche del sábado, en el antiguo Teatro Heredia, en compañía del escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez. Allí, además, habló de los pájaros, que le apasionan tanto. Incluso la primera vez que vino a Colombia lo hizo para verlos cerca a la Sierra Nevada de Santa Marta.

Para él, la novela lo que pierde en inmediatez, lo gana en ser un proceso de reflexión, que da la posibilidad de encontrar sentidos. Y aunque no hizo referencia a que su última obra la han comparado con las del siglo XIX, concretamente con las de Tolstoi, expresó que los escritores de esa época no tenían competencia. "Tenían la ventaja de saber contar y entretener al lector durante mucho tiempo".

Hubo muchas preguntas, muy distintas, y el escritor fue diciendo sus respuestas, a su manera, muy literarias, muchas veces. Sin afán. Con su voz pausada, con sus silencios para pensar. Siempre como escritor. "Las personas que escriben novelas tienen una posición única. Para escribir algo que tenga impacto, uno debe tener una vida privada de mucha intensidad, profundizar dentro de sí mismo, aunque encuentre cosas molestas o difíciles de asimilar. El escritor queda expuesto".

Sin embargo, aunque se escriben muchas cosas que pertenecen al ámbito privado, sabe que de todas maneras la razón por la cual se publica un libro es para contar esa experiencia. "Uno toma un riesgo, que puede ser muy doloroso".

Escribir Libertad le llevó mucho tiempo. Unos ocho años. "El problema para el novelista es que el mundo no para. Uno escribe y lo demás sigue en movimiento. Y hay que tener presente que uno no quiere escribir un libro que sea superado por los acontecimientos cuando lo publique".

Recomendó a los nuevos escritores paciencia, fe y que en el momento en el que escriban, no tengan una conexión a internet, es decir, reducir el ruido y los momentos de distracción.

Así trabaja él. "Me gusta que mi oficina sea un buen lugar para dormir". Que sea fría, oscura, silenciosa. Esbozó una sonrisa y el público aplaudió. Volvió sobre el tema de internet, diciendo que es un distractor cuando está trabajando. Abrir un correo le podría implicar apartarse de su propio texto.

La literatura
El papel que le corresponde al novelista "es esculcar con mucho cuidado lo que realmente tiene importancia dentro de la cultura". No olvida lo que le dijo un amigo, y lo retomó en su poco español: "el escritor va adelante. No sigue".

Le parece que el autor tiene que tener fe, es decir, una fuerza interior, de donde viene el sentimiento para lograr plasmar lo que quiere decir. Para él lo más importante es el arte y la ciencia y a esto le dedica mucho tiempo, porque en el fondo en lo que cree, es en esta última.

También contó que le gustan las series de televisión. Sigue The Wire, Breaking Bady Friday night lights . Sin embargo, cuando lleva mucho tiempo con ellas, siente como si hubiera comido muchos brownies y hay algo de remordimiento y, en cambio, cuando pasa mucho tiempo leyendo, eso nunca le pasa. "¿Por qué?" Se queda pensando. Juan Gabriel no tuvo nada más que decirle que "es tu propia pregunta". Y él se quedó pensando y cambiaron de tema, hasta el final, cuando una señora del público le volvió a preguntar y él lo dijo: "porque leer requiere un esfuerzo mayor. Es estar frente al libro, que no tiene nada más que letras negras y que todo empieza y termina cuando el lector lo abre y lo cierra. Hay que imaginar, hay que pensar, hay que hacerlo todo. Con la TV, en cambio, todo ya está. Si uno se va y vuelve, ella continúa, sin necesidad de alguien".

Franzen era uno de los invitados más esperados del Hay Festival, que concluyó este fin de semana en Cartagena. Es, en este momento, considerado uno de los grandes escritores estadounidenses. El Heredia estaba lleno. El salón de la rueda de prensa, en el hotel Santa Clara, también.

Y habló de literatura, que era lo que todos querían escuchar. Dejó verse carismático, sencillo, de buen humor. Extraño, de alguna manera. Sabe que su obra dice más, que él mismo. Su novela Libertad narra la historia de una sociedad, la norteamericana, con sus conflictos, miserias y sueños.

En el escenario, en la mesa de la mitad, tenía dos de sus libros: Las correccionesy Libertad . Y en uno de esos momentos de explicaciones, hablando del libro digital, tiró su última novela al piso. Quería decir que es un objeto que perdura. Que si se cae, sigue siendo. Que si se moja, sigue sirviendo, incluso. Y que en diez años, aún va a estar ahí.

Franzen no se quita sus gafas de marco negro. Su pelo es algo canoso y un poco despeinado. Dos cosas, además de sus palabras, dejó en Cartagena: su firma en los libros y su cara en las fotos.

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