viernes
7 y 9
7 y 9
En las casas antiguas, en las de las abuelas o en aquellas fincas de antaño se conservan muebles de comino crespo como un tesoro para mostrar.
Una madera apreciada por su color y durabilidad, entre otras cualidades. Pero... se acabó. O está a punto.
Un informe de la corporación autónoma Corantioquia recuerda que es una especie en peligro crítico de extinción.
Se le encuentra cada vez más adentro en el monte de algunas regiones. Tal es su aprecio y el precio que tuvo que pagar por eso.
Lina Marcela Delgado García, magíster en Biotecnología de la Universidad Nacional de Medellín, realizó una investigación con la cual se logró la propagación de la especie.
Con el trabajo, asesorado por el profesor
Rodrigo Hoyos, se buscaba ayudar a la conservación del también llamado laurel comino.
Se trabajó inicialmente con técnicas in vitro en laboratorio, pero no funcionó de la manera esperada.
Se decidieron por hacerlo en vivo, basándose en una técnica como la del corte.
Lina Marcela explica que cortaban plantas juveniles a distintas alturas, lo que estimulaba la brotación, se enraizaba y se pasaba luego a tierra.
Avances
Los resultados fueron buenos con el corte en altura media, que fue donde más brotes se generaron.
La parte cortada también se aprovecha para producir otra planta. A los cuatro meses ya tenían una altura de unos 15-15 centímetros.
Si bien la técnica parece funcionar bien, la joven investigadora indica que se debe proseguir con estudios fisiológicos para ver el comportamiento en ese nivel. Eso requeriría recursos adicionales.
El árbol de comino produce muchas semillas, pero una limitante es que son atacadas por un coleóptero haciéndolas inviables.
Por eso se deben buscar otros métodos de propagación que sean más efectivos.
Si bien es un árbol protegido y difícil de encontrar en los aserríos, la tala continúa de manera ilegal por el alto valor que cada vez más adquiere.
Por la importancia de este trabajo que devuelve la esperanza a esta joya de la naturaleza, será publicado en una revista especializada.
Para Lina Marcela sería posible aplicar la técnica in vivo
a otras especies amenazadas, un valor agregado que deja su investigación.
"Lo ideal sería continuar el trabajo, pero no se tiene financiación aún", dice. Lo que juega en contra de esa pretensión de preservarlo para que más generaciones puedan conocerlo.