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HISTÓRICO
"Espero que respeten la vida de mi marido"
Colprensa | Publicado

"Cuando escuchamos la explosión lo primero que me dijo fue tírese al piso, mijita". Con estas palabras Imelda Galindo, esposa del gobernador del Caquetá, Luis Francisco Cuéllar, secuestrado por las Farc, inicia el recuento del momento de terror con el que arrancó su Navidad.

Acababan de pasar las 10 de la noche del lunes 21 de diciembre cuando cerca de 15 hombres presuntamente integrantes de la Columna Móvil Teófilo Forero de las Farc vestidos como personal del Gaula del Ejército irrumpieron en la residencia del mandatario departamental para llevárselo sin rumbo conocido.

Mientras doña Imelda permanecía en el suelo, al lado de su esposo, escuchaba como en el piso de abajo los hombres ingresaban por la fuerza. La detonación de una carga explosiva fue el pase que encontraron los actores armados ilegales para penetrar en la vivienda.

Al estallido le siguieron el cruce entre los secuestradores y los escoltas del mandatario, quienes contrarrestaron la acción terrorista. Las confusión fue enorme. En suelo, sin vida, quedó tendido el patrullero de la Policía Javier Simón García Gutiérrez, quien hacía parte del esquema de seguridad del gobernador Cuéllar Carvajal. 

Cinco hombres
En ese momento la señora Imelda sintió como eran violentadas las puertas y las ventanas, al parecer en busca de la habitación principal donde se encontraba ella y su esposo.

"Cinco hombres entraron al cuarto, cogieron a mi marido que estaban en ropa interior y lo arrastraron por el piso”, narra la mujer en tono desesperado. “Dos de ellos nos apuntaban", añade.

La resistencia prestada por el funcionario no fue suficiente para evadir la acción. Tras el forcejeo Cuéllar Carvajal fue sacado de su casa, ubicada en el barrio Pablo Sexto en Florencia (Caquetá).

Desde ese momento doña Imelda no sabe a dónde, ni porqué se lo llevaron. Ahora, su angustia se incrementa por el hecho no saber qué va a pasar con él. "Puede que este secuestrado", dice la mujer con la esperanza de verlo pronto, y de paso se ilusiona para que nada peor, como la muerte, haya llegado a su hogar.

Mientras conoce una respuesta certera y aguarda que sus plegarias sean escuchadas, solo atina a rogarle a los secuestradores que le respeten la vida. Entre tanto reitera el difícil estado de salud de su esposo quien el día del plagio cumplió 69 años de edad.

"Él se encuentra muy enfermo de sus rodillas y de su espalda y tiene que tomar medicamentos", asegura doña Imelda. A pesar de todo señala que el gobernador es una persona “muy fuerte”.

En manos de Dios
Este martes después, casi 12 horas del secuestro, doña Imelda participó, en compañía de amigos y familiares, en una liturgia en la catedral de Florencia para pedir por la pronta liberación de Luis Francisco.

"Cómo es posible que sometan a una familia a cinco secuestros, eso no es de humanos", aseguró la mujer recordando los cuatro plagios que han tenido que soportar Luis Francisco desde 1990, cuando era ganadero de la región.

Hoy se desconoce la suerte del gobernador. Doña Imelda, entre tanto lanza un clamor general para que el país se solidarice con ella y su familia, y para que aprovechando la época decembrina recen por la pronta liberación de su esposo.

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